Las últimas en llegar y deben ser las primeras en irse
¿Qué son?
Es el nombre popular de las muelas que los doctores llaman terceros molares de la dentición permanente. Son también los últimos órganos dentarios en formarse y hacen su aparición en la boca entre los 16 y los 21 años. Su nombre popular se deriva de la creencia que había antaño, de que ésa era la edad en la que los jóvenes ya han adquirido ?un juicio?.
¿Por qué causan tantos problemas?
Los problemas de las muelas del juicio son causados por la falta de espacio. Nuestros antepasados, cientos de miles de años, atrás, tenían que masticar raíces y granos duros, para los que tenían mandíbulas grandes con dientes y muelas muy fuertes. El descubrimiento de la cocción que ablanda los alimentos y el cultivo de plantas alimenticias suaves ha influido en la evolución de la anatomía de la boca.
Disminuye el tamaño de los músculos de la masticación y el de la mandíbula ¡pero no ha disminuido el número de dientes! Así, cuando tienen que salir estas últimas muelas, no existe espacio suficiente en las arcadas dentarias.
¿Es necesario quitarlas?
Desafortunadamente sí.
La permanencia de estos molares puede ocasionar varios problemas, desde enchuecar los demás dientes al competir con ellos por el espacio reducido, hasta formar quistes o tumores en la región del hueso. Aún las muelas del juicio que han salido aparentemente bien influyen negativamente en el movimiento de la mandíbula y en la función de las articulares, causando dolores y tronidos.
¿Cuál es la mejor edad para quitarlas?
Entre los 16 y los 24 años de edad, recién acaban de salir. Después de esta edad las raíces de los molares crecen y se arraigan en el hueso, lo que ocasiona mayor dificultad para extraerlas y mayor trauma para el paciente.
¿Es muy dolorosa la cirugía de los terceros molares?
No, actualmente la extracción quirúrgica de los cuatro terceros molares es sencilla y poco molesta. Antes de la cirugía el doctor prescribirá medicamentos para que no haya inflamación y para que no duela. Además, el doctor tiene el entrenamiento y los aparatos e instrumentos necesarios para hacer de esa experiencia algo simple y poco molesto. Ciertos casos pueden tener un grado mayor de complicación, como cuando la muela del juicio no ha salido a la superficie y está impactada contra la raíz de la muela adyacente, o cuando el paciente sufre de mucha ansiedad. En esas circunstancias su dentista puede elegir remitirlo al cirujano maxilofacial quien puede combinar la anestesia local con un poco de sedación endovenosa. Con esto, el paciente ni siquiera se dará cuenta del procedimiento.
Le recomendamos asistir regularmente con su dentista.
