Londres, (SUN-AEE).-Un pequeño óleo de pasado dudoso del pintor Johannes Vermeer (1632-1675) sale a la venta en Londres, en lo que supondrá la primera vez que se subaste una obra del popular artista holandés en los últimos 80 años.
Se trata de "Mujer joven sentada en el virginal" (alrededor de 1670), que muestra a una chica sentada frente a este instrumento musical antiguo similar a un piano, mirando al espectador, y cuya historia ha sido rocambolesca.
El cuadro, de apenas 25.2 por 20 centímetros, saldrá a la venta con un precio de salida de 4.5 millones de euros en una subasta de maestros antiguos que se celebrará en la elegante sede de Sotheby's en la calle Bond de Londres desde las 18.00 GMT.
Según Sotheby's, es el único Vermeer que se encuentra en manos privadas, algo no extraño debido a que sólo se conservan otros 35 cuadros en el mundo atribuidos al maestro de Deft.
La última venta de una obra de Vermeer en subasta se produjo en 1921, cuando un inversor privado adquirió "La pequeña calle" por unas 150 mil libras y posteriormente la donó al museo Rijksmuseum de Amsterdam.
En la oscuridad durante siglos, "Mujer joven sentada en el virginal" fue atribuido a Vermeer en 1904, aunque posteriormente se puso en duda su autoría cuando el falsificador holandés Han van Meegeren admitió que había vendido al menos siete Vermeer falsos.
Pero el cuadro fue adquirido en la década de los 60 por un famoso coleccionista, el barón Frederic Rolin, quien en 1993 se lo mostró a un especialista de Sotheby's, Gregory Rubinstein, que desde un primer momento consideró que la obra podría ser auténtica.
Utilizando la tecnología más moderna, que incluyó análisis químicos de la pintura junto con radiografías del lienzo, los especialistas determinaron finalmente que el cuadro era auténtico después de casi diez años de análisis.
Concluyeron que el pigmento usado era similar al que usaba Vermeer e idéntico a otra de sus obras, "La Encajera".
"Mujer joven sentada en el virginal" representa un tema musical común en la obra de Vermeer, pues la National Gallery de Londres cuenta con dos cuadros con la misma escena, aunque algo mayores de tamaño.
