BUENOS AIRES, Argentina, (SUN-AEE).- Por sus acciones, por sus historias y por el cine y el teatro que los representa cada vez que puede, Eva Duarte y Juan Perón se convirtieron en un mito.
Sus ropas, discos, agendas, joyas y hasta recuerdos personales, muy personales, como la lápida que hizo hacer para su mascota en el exilio madrileño del ex presidente, pueden cobrar un valor inusitado.
La subasta que tendrá lugar en la sucursal italiana de Christie's, en la muy romana Piazza Navona, es la segunda en su género y puede concitar a coleccionistas por demás fetichistas si se considera que el sudario que envolvió al cadáver de Eva Perón en su cruel derrotero por varios países, tiene un precio base de entre 38 mil y 50 mil dólares.
A nadie se le ocurriría, que Tomás Eloy Martínez, quien noveló el episodio del cadáver de Evita vaya a reclamar derechos de autor, pero la literatura, claro está, una vez contribuyó al mito.
Más acá en el tiempo aparece la lápida Canina: "A Canela, el Mejor y más fiel de los amigos (1955-1966)", que estuvo durante casi 20 años en los jardines de la mansión de Perón en el barrio madrileño de Puerta de Hierro -hoy propiedad del ex futbolista y manager del Real Madrid, Jorge Valdano-, o el uniforme de gala militar que lució Perón al regresar del exilio y a la presidencia en 1973, sin olvidar la última gabardina en su último discurso masivo el 1 de mayo de 1974, cuando se sabía yendo hacia una agonía final: "Llevo en mis oídos, la más maravillosa de las músicas que es la palabra del pueblo argentino"-, puestos ahora a remate, estaba en la casa de Mario Rotundo, un ex colaborador de Perón y de Carlos Menem, cuando este corresponsal lo visitó en abril del 2002 -por razones periodísticas- en el barrio madrileño de Alcobendas.
El juicio con la ex presidente María Estela Martínez de Perón - más conocida como Isabel- era en reclamo de 8 millones de dólares que aún se ventila en la Audiencia Nacional Madrileña.
Rotundo, había visitado a Perón en Puerta de hierro en 1969 y desde entonces el viejo y solitario líder lo convirtió en uno de sus colaboradores. "Muchas veces me hablaba de las responsabilidades del heredero, pero recién me enteré de que yo era ese heredero cuando Perón murió".
Esos objetos quedaron a nombre de la Fundación por la Paz y la Amistad de los Pueblos (Funpaz), que conduce y que ahora pone a la venta el patrimonio de Perón y Evita.
