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México, DF.- A pesar de que la evolución de la deuda a nivel nacional parece no haberse alterado, los sistemas de pensiones federal y estatales en México tendrán presiones financieras significativas en los próximos años, por sus bajos niveles de reservas y la actual estructura de contribuciones y beneficios.
El diagnóstico general relativo a la deuda pública, elaborado por la coordinación técnica de la Convención Nacional Hacendaria (CNH), señala que esa grave problemática se refleja en los grandes organismos y empresas bajo control presupuestario directo, así como la de los estados.
Expone que en el último estudio realizado sobre el tema, se estimaba que las erogaciones por concepto de pensiones se incrementarían a un ritmo acelerado, como proporción de la nómina de activos en los estados, pasando de 17 por ciento en el año 2002, a 26 por ciento en el año 2010.
Esa tendencia creciente, precisa, se mantendría hasta ubicarse en más de 60 por ciento de los sueldos en los últimos años de proyecciones en 2090. El estudio realizado en 1997 advierte que en el periodo 1998- 2025 el número de pensionados de los sistemas de pensiones estatales habrá aumentado cerca de 438 por ciento, contra 32 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA).
Las mayores presiones, enfatiza, se sentirán en los estados, ya que más empleados serán acreedores de beneficios de retiro, con el transcurso del tiempo.
Aclara que los empleados municipales con mayor dificultad se hacen acreedores de estos beneficios, debido a los periodos cortos de los gobiernos municipales y la elevada tasa de rotación.
Por los que se refiere a la Federación, expone que de acuerdo con la Cuenta Pública de la Hacienda de 2002, Petróleos Mexicanos fue la paraestatal con el mayor crecimiento en el gasto por pensiones, con 137 por ciento, al erogar en este concepto, diez mil 522 millones de pesos.
Le siguieron el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con un avance de 15.5 por ciento y Luz y Fuerza del Centro, con 13.7 por ciento. ?Estos pilares de la seguridad social se han visto abrumados por los cuantiosos recursos que destinan a pagar las pensiones de los trabajadores que ya se retiraron de su vida laboral?, advierte.
Durante 2002, el ISSSTE ejerció un gasto programable de 47 mil 671 millones de pesos; de éste, 52 por ciento sirvió para pagar la nómina de pensiones.
El apremio que padece el IMSS, subraya, es similar, pues la pensiones representan 40.4 por ciento de su gasto; mientras que en Luz y Fuerza del Centro cerca de un tercio de su gasto programable se ejerció en el pago de pensiones.
?El desarrollo del déficit pensionario está ligado al proceso de envejecimiento de la población, hecho que deterioró la relación entre trabajadores activos y pensionados, los amplios desequilibrios entre el valor presente de las contribuciones y los beneficios?, explica.
Aclara que el déficit actuarial que presentan algunos sistemas de pensiones constituye una deuda pública implícita de los gobiernos federal, estatales y municipales.
Con relación a la deuda per cápita a nivel nacional, expone que casi no cambió, al pasar de mil 91.8 a mil 93.3 pesos en el mismo periodo.
?A pesar de que la evolución de la deuda a nivel nacional parece no haberse alterado, al analizar la estructura existen cambios significativos en algunos estados que muestran cierta preocupación?, indica.
La comisión técnica enfatiza que el mercado de valores es una nueva fuente de financiamiento que los estados y municipios están utilizando crecientemente, ya que ofrece grandes ventajas en cuanto a bajo costo financiero de los recursos.
Concluye que un mayor endeudamiento tendría efectos negativos severos sobre los mercados financieros, lo cual se manifestaría en incrementos de la tasa de interés, devaluaciones bruscas y desordenadas, así como la restricción de financiamiento y volatilidad financiera.
