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MÉXICO, DF.- La temperatura permanente en México superará en algunos años más los 30 grados centígrados debido a que el incremento de la concentración del bióxido de carbono en el planeta ha derivado que el Polo Norte se descongele entre dos y cinco centímetros y la temperatura aumente un grado centígrado cada lustro.
Según Juan Antonio García Oviedo, investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la duplicación del ozono se ha comprobado a través de la extracción de burbujas de aire atrapadas en los hielos perpetuos que existen en el Polo Norte y Sur desde los períodos cámbrico, pérmico y eras geológicas anteriores.
En entrevista, señaló que de acuerdo con estudios realizados por científicos internacionales, se ha observado que esas épocas, el bióxido de carbono estaba presente en la atmósfera en proporciones de mil partes por cada millón, mientras que actualmente se registran dos mil partes por millón.
La atmósfera, precisó, está compuesta por varias capas, la que está en contacto con la corteza terrestre y la que soporta toda la vida es la biosfera, donde se desenvuelve el desarrollo y crecimiento de los seres vivos. Destacó que la biosfera no soporta la incidencia de los rayos del sol, por lo que después de atravesar la capa atmosférica tiene la capacidad de reflejarlos.
Sin embargo, continuó, esta función ya no se realiza adecuadamente porque el exceso de bióxido de carbono ha formado una capa impermeable entre la biosfera y la ionosfera, que impide que los rayos solares se reflejen al exterior y eleven la temperatura en todo el planeta.
García Oviedo indicó que no obstante que en esas eras geológicas el vulcanismo era un fenómeno muy común, la contaminación y las concentraciones de bióxido de carbono por esas causa no son comparables con las que provocan actualmente las emisiones provenientes de automóviles, fábricas, la contaminación de los océanos y la tala inmoderada de bosques.
Señaló que el 80 por ciento del oxígeno presente en la tierra lo genera el fitoplancton —algas—, y mencionó que la contaminación de los océanos ha provocado que esta función esté disminuida y como consecuencia que no haya un aporte suficiente del elemento.
De acuerdo con el investigador y también catedrático del IPN, cuando hay corrientes gélidas en el mar, éstas enfrían las masas de aguas más calientes que se encuentran cerca del Ecuador y eso provoca la migración de especies.
Puso de relieve que a nivel ecológico, la elevación de la temperatura afecta las cadenas tróficas, pues al incidir directamente en las especies vegetales daña a los ejemplares herbívoros, a los carnívoros y al ser humano.
En el plano ambiental el efecto es mayor, ya que se alteran los ecosistemas, “por ejemplo, si se incrementa la temperatura en un bosque templado hay migración de especies que invaden un ecosistema distinto y cuando esto sucede se alteran las condiciones del hábitat por el incremento de la depredación, lo que propicia que algunas especies de herbívoros comiencen a extinguirse”.
