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RABAT, MARRUECOS.- Dos millones de niños de todo el mundo sufren explotación sexual con fines comerciales, recordó ayer Thomas McDermott, director de Unicef para Oriente Medio y Magreb, durante la inauguración en Rabat del segundo Foro Árabe-Africano sobre la explotación, el abuso y la violencia sexual contra los niños.
Durante la conferencia de prensa que inauguró este foro, que reúne en Rabat a cincuenta Estados árabes y africanos, McDermott trajo a colación éste y otros datos del último informe de Unicef sobre la situación de la infancia en el mundo.
McDermott hizo hincapié en que la mayor parte de los menores explotados por la industria del sexo (prostitución, turismo sexual, pornografía, etc) son niñas y que un millón 200 mil niños son víctimas de algún tipo de transacción comercial.
Partiendo de estos datos, la segunda edición de este Foro Árabe-Africano, organizado por la secretaría de Estado marroquí de la Familia, la Infancia y los Discapacitados en colaboración con Unicef y otras organizaciones, se dirige a evaluar la situación de la explotación sexual infantil en los países árabes y africanos.
Según el representante de Unicef, durante esta conferencia, que durará hasta mañana, “se examinarán los progresos en la aplicación de las cinco recomendaciones para luchar contra este problema que se adoptaron en Estocolmo”.
En 1996 tuvo lugar en la capital sueca el primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual con fines comerciales de los niños, congreso en el que se adoptó la llamada “Agenda de Estocolmo”, que recoge estas recomendaciones para luchar contra lo que Unicef define como “lacra”.
Estos cinco puntos prioritarios son la coordinación entre organismos e instituciones, la prevención, la protección de los niños, su recuperación y reinserción en la sociedad y, por último, el fomento de una mayor participación de los propios niños.
Aunque el representante de Unicef aludió a los “progresos llevados a cabo en la zona”, como la “ratificación por parte de algunos países de los tratados internacionales”, no dejó por ello de señalar que “aún queda mucho por hacer”. McDermott llamó la atención sobre la diferencia entre las leyes, que “sobre el papel son adecuadas”, y su aplicación, que no considera satisfactoria.
Consideró que en otros casos la situación es aun peor, pues “algunos países no han ratificado aún las leyes internacionales sobre la infancia”.
En el caso de los países que participan en el Foro Árabe-Africano, “sólo el cincuenta por ciento ha ratificado los tratados internacionales para luchar contra este problema”.
En opinión de McDermott, existe también una falta de reconocimiento por parte de los gobiernos de “la extensión del fenómeno”, sobre todo de cara “a sus propias opiniones públicas”.
La explotación sexual infantil sigue siendo un tabú en muchos de estos países, por lo que el representante de Unicef instó a que se creen las condiciones para un diálogo “franco y honesto” sobre este problema.
Thomas McDermott concluyó señalando que “hay que hacer más para que los niños y sus padres conozcan sus derechos, así como para que se denuncie y se lleven ante la justicia todos los casos de abuso y explotación sexual infantil”. Por su parte, Yasmina Badú, secretaria de Estado marroquí para la Familia, la Infancia y los Discapacitados, abundó en el mismo sentido y aseguró que su Gobierno concede una “atención particular” a este problema.
Además de las cuestiones generales ligadas a la explotación sexual comercial infantil, el Foro prevé varios talleres de trabajo sobre aspectos que afectan especialmente a la región.
Uno de estos talleres se consagrará, por ejemplo, al Sida como fuente de vulnerabilidad para estos niños, mientras que otros se centrarán en el turismo sexual, los niños en situación de conflicto armado o los niños emigrantes, entre otros.
El primer Foro Árabe-Africano contra la explotación, el abuso y la violencia sexuales contra los niños se celebró en Rabat en octubre de 2001.