TOKIO, JAPÓN.- China, un país que dice haber inventado el futbol, corre el riesgo de volver a la jungla después de cuatro años de un gran progreso.
Luego de ser finalistas en la Copa de Asia de este año, la selección china quedó fuera de la eliminatoria asiática para el Mundial de Alemania 2006 pese a golear a Hong Kong por 7-0 el mes pasado. El contrato del holandés Arie Haan terminó, y el entrenador volvió a su casa en Alemania.
Pese a que la Asociación de Futbol de China (CFA) insiste en que el futbol se originó en ese país hace más de 2,000 años, la primera aparición de su selección en una Copa del Mundo fue en 2002.
La euforia china por la clasificación para la que era su primera Copa del Mundo desapareció con rapidez después que el equipo dirigido por el excéntrico Bora Milutinovic perdió los tres partidos que jugó y se despidió sin marcar goles.
Después llegó la Copa de Asia de este año, y la controvertida derrota 3-1 ante Japón en la final provocó escenas de furia en Pekín, ya que los simpatizantes chinos arrojaron botellas, quemaron banderas japonesas y se enfrentaron con la policía en las calles.
Perder con sus máximos rivales en Asia era lo suficientemente malo, pero todos los goles de Japón, uno con una mano clara, fueron muy discutidos. Incluso, Haan se negó a ir a buscar la medalla de los finalistas.
Consecuencias por la violencia
En China aún hay sentimientos de odio por la invasión militar y la ocupación de Japón al país desde 1931 a 1945, donde murieron decenas de millones de personas.
Más de 6,000 integrantes de las fuerzas de seguridad estaban dentro y fuera del estadio en la final, con policía antidisturbios, soldados y equipos de SWAT en posición para prevenir incidentes entre los simpatizantes.
Pero las grandes medidas no fueron suficientes. La violencia que se dio fue un desastre para las relaciones públicas de China, de cara a la organización de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
De acuerdo al antiguo filósofo chino Lao Tzu, "la jornada más larga comienza con un paso".
Para el futbol chino, que pelea para conseguir respeto en el exterior y lucha contra la corrupción a nivel doméstico, el camino para lograr la aceptación parece ahora más largo y difícil que nunca.
La nueva Súper Liga china, fundada para potenciar la imagen del futbol doméstico, enseguida afrontó una amenaza de boicot de parte de los clubes más importantes después que se acusara a árbitros de aceptar sobornos.
Siete clubes rebeldes se quejaron de que la corrupción estaba extendida y culpó a la CFA de no tomar medidas enérgicas con los llamados "silbatos negros" o árbitros sobornables.
Dos de los clubes más grandes del país, Dalian Shide y Beijing Hyundai, se retiraron del campo de juego esta temporada durante un octubre sombrío para el futbol chino.
Corrupción extendida
"Todo se trata de partidos arreglados, malos arbitrajes y apuestas", dijo el entrenador del Beijing, Yang Zuwu. "Los resultados de los partidos se dan exactamente como lo predicen los grupos de apuestas".
La CFA reconoció que la corrupción se ha extendido. Las apuestas, ilegales en China, son citadas como el principal causante del desastre.
El público menguante sugiere que los alrededor de 200 millones de dólares que fueron invertidos en la última década hicieron poco para mejorar la fortuna del futbol en China.
Muchos de los jugadores se fueron a Europa, y en las grandes ciudades las caras del inglés David Beckham y sus compañeros del Real Madrid de España adornan las grandes carteleras.
Los seguidores del futbol en China miran hacia el oeste.
La CFA dice que el futbol puede ser hallado 2,300 años atrás en Zibo, en la provincia de Shandong, cuando era parte del antiguo reino Qi, una creencia que es respaldada por el suizo Joseph Blatter, presidente de la FIFA.
Si es cierto, pone a la actual promesa de China en una perspectiva definida.
Los chinos tuvieron demasiado tiempo para hacer que las cosas salgan bien.
