El jefe del Kremlin hizo un llamamiento a aniquilar a los terroristas dentro y fuera del territorio nacional y a erradicar sus raíces.
13 de septiembre 2004.
Moscú, (EFE).- El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reclamó hoy para sí todo el Poder Ejecutivo como condición básica para librar una guerra eficaz contra el terrorismo.
En una reunión extraordinaria con el Gobierno en pleno y los líderes de las 89 entidades de Federación Rusa, el jefe del Kremlin sugirió una reforma radical del sistema de poder en el país, que apunta a fortalecer todavía más sus propias facultades.
Putin propuso eliminar la elección por sufragio universal y directo de los líderes de las repúblicas, regiones, comarcas y ciudades con rango federal que forman la Federación Rusa.
A cambio, ofreció que los jefes de las entidades federadas sean ratificados por las asambleas legislativas respectivas, con la particularidad de que el candidato a ocupar el cargo será nominado por el jefe de Estado, es decir, por Putin.
"Creo que el factor más importante del fortalecimiento del Estado es la unidad del sistema del Poder Ejecutivo, que debe funcionar como un solo mecanismo", dijo al argumentar su propuesta.
El presidente ruso agregó que los gobiernos de las entidades federadas deberán ser formados según los mismos principios con los que se estructura el Gobierno federal, con el que crearán un "sistema unificado de subordinación".
Las reformas afectan también a las elecciones a la Duma del Estado, o Cámara Baja del Parlamento ruso, ya que el Putin propuso que los comicios sean únicamente por listas de partidos.
Según el sistema electoral vigente, la mitad de los diputados se elige por listas de partidos y el resto por circunscripciones
En su intervención, Putin apoyó la idea de crear una "cámara social" para debatir las iniciativas de la ciudadanía y las decisiones que afectan a todo el país.
"Se trata del control por parte de los ciudadanos del trabajo del aparato estatal, incluidos los servicios secretos", dijo el presidente de Rusia.
Todo esto, según Putin, debe ayudar a Rusia a ganar la guerra contra el terrorismo.
El jefe del Kremlin hizo un llamamiento a aniquilar a los terroristas dentro y fuera del territorio nacional y a erradicar las raíces del terrorismo, especialmente en el Cáucaso del Norte.
"Los terroristas deben ser aniquilados en sus madrigueras, y si la situación lo requiere, deberán ser alcanzados también en el extranjero", recalcó.
Putin subrayó que "las organizaciones extremistas que se encubren tras palabrería religiosa o de otro tipo y que, en esencia, son criaderos del terrorismo deben ser prohibidas y sus líderes perseguidos por ley".
También fue categórico en la necesidad de endurecer los castigos por "fallos administrativos que conduzcan a graves consecuencias", y puso como ejemplo "la emisión de pasaporte a un individuo que luego comete un atentado terrorista".
Admitió que las medidas adoptadas hasta ahora para combatir el terrorismo "no han sido eficaces".
Putin, que reconoció la necesidad de revisar la política de Moscú hacia el Cáucaso Norte, señaló que "las raíces del terrorismo están en el desempleo, en una política socio-económica poco eficaz, en la falta de educación".
En Chechenia y Daguestán, admitió, el desempleo tiene "carácter masivo", el nivel de vida en la distrito federal Sur es 1.5 veces inferior a la media del país y en la República Ingush cuatro veces menor.
Las propuestas de Putin de reestructuración política del Estado provocaron reacciones diversas, desde vítores en el ala nacionalista del espectro político ruso hasta duras criticas de los sectores liberales.
Dmitri Rogozin, líder del partido nacionalista Ródina, saludó las innovaciones adelantadas hoy por Putin y las interpretó como una muestra del "deseo del jefe del Estado de compartir responsabilidad" con los líderes de la entidades federadas.
"Lo que propone es que los gobernadores sean designados por el presidente del país. Esto conducirá al fin del federalismo y al aumento de la corrupción, pues todos sabemos cómo surgen los candidatos a uno u otro puesto", dijo el ex viceprimer ministro ruso y político liberal Borís Nemtsov.
Serguéi Markov, director de un instituto de estudios políticos, dijo hoy a la agencia Interfax que el sistema propuesto por Putin para elegir a los jefes de las entidades federadas "a la larga puede tener consecuencias adversas y recibirá una evaluación negativa de Occidente".