02 de febrero de 2004.
Dubai, (EFE).- El número de peregrinos muertos en una avalancha humana ocurrida el domingo en la localidad saudta de Mina asciende ya a 251, mientras la autoridades prosiguen hoy con las labores de identificación de los fallecidos, en su mayoría asiáticos.
Según una fuente del Ministerio saudita de Salud, citada por la cadena de televisión por satélite qatarí Al Yazira, otros siete fieles murieron en las últimas horas.
La magnitud de la tragedia ha impulsado al rey Fahd de Arabia Saudita a ordenar la formación de una comisión que se encargará de la modernización de los lugares de peregrinación de La Meca y Medina, así como de otros lugares santos del reino, con el fin de prevenir sucesos similares a los registrados este año.
Dicha comisión estará encabezada por el ministro de Asuntos Municipales y Rurales, príncipe Miteb bin Abdulaziz, detalló la agencia local de noticias, SPA.
El Ministerio saudita de Interior facilitó anoche la primera lista con las nacionalidades de los 186 cadáveres ya identificados, en su mayoría de fieles procedentes de Indonesia y Pakistán.
Además, se sabe que de los 244 peregrinos dados por muertos el domingo, 134 son hombres y 110 mujeres.
La lista de fallecidos incluye a 54 indonesios, 36 paquistaníes, 13 egipcios, 11 indios, 11 turcos, 10 argelinos, 10 bengalís, ocho sudaneses, siete marroquíes, cinco chinos, cuatro yemeníes, tres cingaleses, dos saudíes, dos somalís, dos sirios, dos afganos, un tunecino, un omaní, un nigeriano, un chadiano, un birmano y un camerunés.
El ministro saudita de Asuntos para la Peregrinación, Iyad Madani, aseguró que "la mayoría de los fallecidos podrían ser peregrinos ilegales" que entraron en el país para realizar la "Umra" o pequeña peregrinación y se quedaron en el reino sin permiso.
Arabia Saudita concede a cada país una cuota anual de peregrinos que pueden visitar los lugares santos y los residentes en el reino sólo pueden realizar la peregrinación cada cinco años.
Madani informó, además, que otros 272 peregrinos murieron por causas naturales desde el comienzo, el pasado viernes, de los ritos de peregrinación a la ciudad santa de La Meca. Los musulmanes creen que si pierden la vida durante el "Hach" o peregrinación ascenderán directamente al Paraíso.
El incidente del domingo se produjo en el lugar más peligroso del periplo sagrado, el puente de Jamrat, en la localidad de Mina, donde los peregrinos se reúnen para arrojar guijarros contra las tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo.
Las autoridades ensancharon el puente para evitar accidentes y coordinaron turnos para que todos los peregrinos no realizaran a la vez este ritual, que en años pasados causó también estragos, pero no pudieron evitar una nueva tragedia.
En 2003 catorce personas murieron pisoteadas en el puente de Jamrat y en la peregrinación de 2001 otros 35 fieles fallecieron en circunstancias similares. La lapidación del diablo se cobró también la vida en 1998 y 1994 de 180 y 270 personas, respectivamente.
Testigos citados por televisiones regionales indicaron que la mayoría de las víctimas eran ancianos y mujeres, y que hasta la zona llegaron decenas de ambulancias y miembros de los equipos de rescate para evacuar a las víctimas, la mayoría con claros síntomas de asfixia.
El trágico accidente coincidió con el inicio de la fiesta musulmana del "Aid Al Adha" o "Fiesta del Sacrificio", que se celebra durante tres días en todo el mundo islámico.
El viaje espiritual de los peregrinos comenzó el viernes en el mayor santuario del Islám, la Gran Mezquita de La Meca, donde rezaron y en cuyo interior dieron siete vueltas alrededor de la Kaaba, una construcción cúbica que contiene la Piedra Negra hacia la cual todos los musulmanes se orientan para realizar sus plegarias.
Más de 1.400.000 peregrinos llegaron al reino procedentes de unos 160 países para unirse al millón de fieles locales y realizar la peregrinación.
El "Hach" es uno de los cinco pilares del Islám y es obligatorio para todo musulmán realizarlo, aunque sea una sola vez en la vida y siempre que la situación económica y la salud se lo permitan.