02 de marzo de 2004.
México, (EFE).- El robo continuado de gasolina en México en 2003 alcanzó los 8 mil millones de pesos (727 millones de dólares), informó la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Un portavoz de Pemex indicó que aunque es muy difícil establecer valores respecto al saqueo, los cálculos de Hacienda y de la empresa, la principal del país, lo han ponderado en esa cantidad con base en la producción y la facturación.
Aunque fuentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) manejan cifras de 15 mil millones de pesos (mil 363 millones de dólares) en pérdidas por ese delito, Pemex explicó que varias medidas aplicadas por la empresa permitieron reducir esa cantidad el año pasado.
La Policía Federal comenzó el lunes un operativo de vigilancia en las instalaciones de Pemex en los estados de México e Hidalgo, en una acción que se extenderá por todo el país.
El secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz, indicó hoy que por petición del Ministerio de Hacienda y de Pemex se inició esta operación, que tendrá un carácter permanente para acabar con el robo de combustibles.
Gertz explicó a medios de prensa que desde 1999 la Secretaría de Hacienda ha percibido que los ingresos fiscales por facturación de gasolina y combustible en el país se reducían "cuando evidentemente el número de vehículos ha aumentado de manera considerable".
"Esto, pues, nos llevó a una situación de alarma frente a uno de los ingresos más importantes para el erario", dijo.
"Nos pusimos a trabajar sobre este tema desde hace ya bastante tiempo y hace aproximadamente seis meses nos convocaron para que hiciéramos un proyecto de investigación preventiva para evitar este robo", agregó.
Dijo que el delito se había notado no sólo en la facturación, "sino en el hecho de que se encuentran gasolineras clandestinas en muchos territorios del país, (y) se han localizado transportes de gasolina y combustibles que no tienen ninguna regularidad ni origen específico", además de que existen "datos de sobra" que lo prueban.
Señaló que para afrontar la situación se hizo un trabajo que "estableció toda una conducta desde las refinerías hasta la gasolinera, pasando por los almacenes de la refinería, los poliductos, los servicios de transporte, las grandes centrales de distribución, los equipos que llevan a las gasolineras y a los clientes".
Gertz se extrañó de que ayer, sin explicación alguna, se suspendiera la distribución de gasolina durante diez horas, lo que también se está investigando con el apoyo de los directivos y el sindicato de la empresa.
Indicó que los resultados de la operación comenzarán a producirse a mediano plazo, aunque al Estado le urge acabar con esa "sangría generalizada que ha provocado un daño patrimonial al país".
Gertz afirmó que esta tarea no es un investigación de carácter policial, sino una combinación de acciones de prevención con un sistema contable debido a que "no existe una referencia clara entre producción, almacenamiento, transporte y venta de combustibles".