Interceptan a Manuel Rodríguez Berumen en camino vecinal; se desconoce su paradero
Retornó la violencia al municipio de Canatlán con el asesinato del dirigente campesino José Manuel Díaz Medina, cuyas causas privilegió la Procuraduría de Justicia entre las investigaciones preliminares como ajuste de cuentas entre familias enemigas del hoy occiso y con quienes desde hace tiempo sostenía ya añejas rencillas.
Meses atrás, como se recordará, hubo varias muertes y desapariciones por estos motivos, algunos con tintes de estar relacionados con el narcotráfico, más que venganzas entre pobladores de la municipalidad, por el tipo de armas utilizadas (AK-47, ?cuerno de chivo? calibre 7.62 y R-15), que respecto de esos casos continúan impunes.
La mañana del 20 de marzo del 2004, en el paraje La Loma, por las inmediaciones del poblado Donato Guerra, Juan Méndez Aguirre y Benjamín Méndez Rodríguez, tío y sobrino, respectivamente, fueron ultimados por un camino de terracería, presentando el vehículo en el que viajaban más de 60 impactos de arma de grueso calibre, hechos en todas direcciones, principalmente desde atrás.
A manera de coincidencia, la madrugada de ese mismo día, cerca de las 05:00 horas, Leonardo Torres Correa, de 31 años, vaquero de Juan Méndez por trabajar en el mismo rancho, fue acribillado a una cuadra de su casa ubicada en calle Lázaro Cárdenas 418 de Francisco I. Madero, Dgo. Recibió cuatro impactos: en la cabeza, pecho, brazo y abdomen, cuando al parecer venía de un baile.
Meses después, el sábado 22 de mayo, en el camino de Dolores Hidalgo a Medina, municipio de Canatlán, José de la Luz Estrada Rodríguez y su esposa, Ama Yessenia González Yáñez, fueron ultimados con armas de grueso calibre, cuando viajaban a bordo de una camioneta de redilas rumbo a su domicilio.
Como testigos de los hechos lograron sobrevivir la hija del matrimonio, Bárbara Estrada, de 11 meses, y su niñera, María de los Ángeles Soto, estableciendo la mujer que habían sido unos sujetos a bordo de una camioneta tipo pick-up, de color rojo.
Días después, Manuel Rodríguez Berumen, acompañado de sus dos hijos varones, fue interceptado en el camino al poblado Flores Magón por una camioneta, y tras someter y amarrar a sus vástagos, fue ?levantado? del lugar y hasta la fecha sus familiares no han vuelto a saber nada de él, aunque presienten que tal vez continúe con vida.
Recientemente, con relación al homicidio de Díaz Medina y las lesiones de sus acompañantes, Norma Rocío Robledo Olvera y su más cercano colaborador, Nestor Vargas Pérez, se implica a dos familias de la zona, de apellidos Salazar y Delgado, cuyos integrantes son buscados desde la noche del viernes pasado por la Policía Ministerial, pero aún no han sido localizados.
INVESTIGACIONES
Inviable terminar con pleitos: Aldama
Aun cuando la Policía Ministerial se abocó a las investigaciones de cada uno de los casos, su director Eulalio Aldama Enríquez declaró en su oportunidad que no es viable acabar con estos pleitos entre familias, debido a que resulta imposible evitarlos.
Relacionado con el mismo hecho, la notoria proliferación de armas de fuego en el medio rural es otro factor que lo dificulta, que a decir de la propia corporación policiaca, son traídas en las temporadas vacacionales por ?paisanos? que, a manera de regalo, las traen para algún conocido ocultas en el equipaje, logrando así evadir los retenes.
