Los pasados días cuatro al seis de noviembre se llevó a cabo en un hotel de Guadalajara un congreso por demás especial al que sus organizadores dieron en titular: Foro Más.
Este enorme esfuerzo de visión y organización, de razonamiento y acción, llevado a cabo inicialmente por un grupo de damas de nuestra ciudad de Guadalajara, que consiguieron la adhesión de importantes caballeros de gran prestigio en el ámbito empresarial, político y académico, teniendo todo ellos como único común denominador la preocupación por la clase de mundo que estamos dejando a nuestros hijos y nietos y que no conformándose con una actitud pasiva de sólo criticismo o negativismo, se abocaron con todo su entusiasmo, decidiéndose a actuar; a ocuparse para salir de esa cómoda posición de la queja infecunda respecto de lo mal que está todo: lo agresivo que está el medio ambiente urbano con sus asaltos, secuestros y agresiones; lo vulgar que está la moda; lo grosero del lenguaje; lo desencaminada que está la juventud; lo provocativa que está la vestimenta de jóvenes y no tan jóvenes; lo procaz que está la programación televisiva, la letra de las canciones, o la temática de los libros que la crítica erige en best sellers.
En fin lo caótico de este mundo posmoderno que pretendió erigir una curiosa definición de democracia y libertad sobre la endeble base de los subjetivismos, los relativismos éticos, los permisivismos morales y en general el egoísmo y la soberbia personal.
Este grupo admirable de mujeres en vez de debatir como lo hacen otras muchas, en sabrosos desayunos que empiezan a las diez de la mañana para terminar a la hora de la comida, pretendiendo arreglar el mundo a costa de desatender en muchos casos sus propios hogares (cosa que no es exclusiva de esta clase de señoras, sino que es en general una de las pocas cosas en la que los hombres superamos con mucho a las señoras) se decidieron a acometer con sorprendente y admirable capacidad organizativa este Foro Más que considero auténtico preludio para que el deplorable estado de cosas del que líneas arriba me referí sucintamente, empiece a cambiar para bien, comenzando en el seno nuclear de las familias tapatías y mexicanas para desde ahí vaya irradiando con fuerza esa acción sumatoria en la que se vayan agregando muchos signos de más, hasta lograr permear en todos los ámbitos de la sociedad global con un nuevo aliento de bien ser y bienestar que coadyuve al logro del bien común.
Foro Más contó con la participación destacada de psicólogos como el español Enrique Rojas, políticos como los senadores Jackson, Rodríguez Prats y Sodi de la Tijera, funcionarios públicos como la titular de Sedesol: Josefina Vázquez Mota, editores de revistas como la chilena Esther Robledo, la española Covadonga O’Shea, intelectuales tapatíos de la talla de Efraín González Morfín.
En fin que Foro Más sumó talentos para buscar un mundo más habitable y justo empezando por familias mejor constituidas.