HOUSTON, EU.- Houston vuelve a vivir la experiencia de ser sede de un Súper Tazón, pues 30 años tuvieron que pasar para que esta ciudad, en el sureste de la segunda entidad más grande de Estados Unidos, pudiera tener otra vez la final de la NFL.
El 13 de enero de 1974, los Delfines de Miami, conducidos por Don Shula, llegaron al Súper Domingo por tercer año consecutivo, una campaña después de tener la marca invicta para una temporada en la NFL.
Fue el Estadio Rice, que contaba con aforo para 71 mil 882 espectadores, el escenario de Houston donde Miami se enfrentó a los Vikingos de Minnesota.
Delfines era marcado como favorito sobre Vikingos, que con el mariscal de campo Frank Tarkenton comenzaban a hacer historia, pero que enfrente tenían a la “Defensiva sin nombre”, considerada en ese tiempo como la mejor de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL).
Los Delfines de Miami anotaron en sus dos primeras series ofensivas de la mano de sus dos estrellas, que eran el mariscal de campo Bob Griese y el corredor Larry Csonka, quien a la postre sería nombrado el Jugador Más Valioso de ese encuentro.
Los campeones de la Conferencia Americana pasaron por encima de Vikingos por contundente 24-7. Minnesota sufriría en dos ocasiones más la amargura de derrotas en el Súper Tazón. Para Miami sería su segunda y más reciente victoria en el “partido grande”.
Este año el escenario es completamente diferente al viejo Estadio Rice. Ahora la sede es el más moderno de todos los estadios de la NFL, es la casa de un equipo nuevo, pues los Petroleros de Houston desaparecieron para dar paso a los Texanos.
La casa de este nuevo equipo es el moderno Estadio Reliant, que cuenta con menos aforo que su predecesor, 69 mil 500 aficionados que darán cita en este inmueble para presenciar el Súper Tazón 38, bajo el cobijo de un impresionante techo corredizo que resguarda a jugadores y público del intenso frío que azota Estados Unidos.
Los equipos que llegan a la final son otros, Patriotas de Nueva Inglaterra, un campeón de la Conferencia Americana que llega como favorito para llevarse el triunfo ante Panteras de Carolina.
En Las Vegas, las apuestas dan como favoritos por siete puntos a los Patriotas, que cuentan con el mariscal de campo Tom Brady como su mejor hombre, mientras Carolina tiene cifradas esperanzas en el desempeño de su defensiva o en el trabajo que realice el corredor Stephen Davis.
Nueva Inglaterra llegará a su segundo Súper Tazón en tres años, con Bill Bellichick como coach, quien cuenta con la experiencia de haber llevado a su equipo a ganar su primer título en 2001, cuando los Pats vencieron a los Carneros de San Luis 20-17.
El entrenador en jefe de Panteras, John Fox, ya sabe lo que es una derrota, pues como coordinador defensivo de Gigantes de Nueva York vio cómo su equipo nada pudo hacer en el Súper Tazón 35 cuando los Cuervos de Baltimore los derrotaron 34-7.
Este domingo, la expectación que ha causado el partido en Houston llegará a su clímax cuando en punto de las 18:30 de la tarde se dé la patada de salida en el Súper Tazón 38, el cual se perfila como un partido cerrado que pudiera definirse en la última jugada.
Vigiliancia al extremo
Autoridades federales, estatales y locales se han coordinado para establecer estrictas medidas de seguridad alrededor del Súper Tazón, cuya versión número XXXVIII se jugará aquí el próximo domingo entre los dos mejores equipos de la NFL.
Las sorprendentes medidas de seguridad se extienden desde el interior del Estadio Reliant, donde se efectuará el juego entre las Panteras de Carolina y los Patriotas de Nueva Inglaterra, hasta los múltiples aeropuertos internacionales.
Las autoridades informaron que los camiones que transporten material peligroso serán desviados del área cercana al estadio antes del juego. La Administración Federal de Aviación (FAA) establecerá restricciones a los vuelos en la zona el próximo domingo.
Además, en todos los aeropuertos del mundo en donde los pasajeros puedan abordar vuelos a Houston han sido colocados bajo un escrutinio extra con una serie de revisiones para verificar los nombres de quienes viajan y comprobar que éstos no se encuentran en las listas de sospechosos de terrorismo.
También el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos protegerá el Canal y Puerto de Houston, donde se concentran varias de las mayores refinerías petroleras del país.
Las medidas de seguridad se establecerán incluso en una área de la frontera con México. El Servicio de Aduanas y de Protección Fronteriza informó que colocará un mayor número de agentes en los cruces internacionales de Brownsville y Laredo para atender el flujo de visitantes procedentes de México que acudirán al “Super Bowl”.
"Sólo queremos estar un paso adelante de cualquiera con intenciones maliciosas", dijo Robert Stephan, asistente especial del secretario de Seguridad Nacional, Tom Ridge.
"La planificación de esto comenzó hace muchos, muchos meses", explicó. De acuerdo con las autoridades, los trabajos de seguridad para el “Super Bowl” XXXVIII comenzaron incluso antes del inicio de la temporada de la NFL.
"Esto ha estado en el radar a lo largo del último año y la planeación realmente se ha intensificado durante los últimos seis u ocho meses", aseguró Bob Doguim, vocero del Buró Federal de Investigaciones (FBI), corporación responsable de encabezar la seguridad en torno al evento.
El FBI destinará 300 agentes a vigilar el evento, además de decenas más de los departamentos de Seguridad Nacional y Servicio Secreto.
Los agentes federales se coordinarán con cientos de policías del Departamento de Houston, y con las distintas corporaciones de seguridad del estado de Texas. Se estima que las distintas agencias involucradas gastarán 1.6 millones de dólares para la seguridad del “Super Bowl”.
El esfuerzo de seguridad se da aun cuando las autoridades no han recibido ninguna amenaza en contra del “Super Bowl”. A pesar de las estrictas medidas, el partido no ha recibido el más alto status de seguridad, conocido como Evento de Seguridad Especial Nacional.
"No existen directrices exactas sobre cuando un evento recibe tal designación", explicó Stephan. "Tratamos de limitar eventos con esa designación a aquellos con grandes concentraciones de figuras políticas nacionales e internacionales", explicó.
Enviará saludo a tropas estadounidenses antes del Súper Tazón
El comisionado de la NFL, Paul Tagliabue, anunció que minutos antes de que se entone el himno de Estados Unidos en el Súper Tazón 38, la liga enviará un saludo a las tropas de este país que se encuentran en varias partes del mundo.
Tagliabue señaló que el general Richard Myers será quien represente a las fuerzas armadas de Estados Unidos durante la ceremonia previa al partido por el título de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés), en el Estadio Reliant.
“Este saludo por parte de la NFL es para nuestros soldados en reconocimiento a su dedicación y profesionalismo en la protección de la libertad”, destacó el comisionado.
El himno de Estados Unidos será entonado por la cantante Beyonce, mientras dos helicópteros Black Hawk sobrevolarán el estadio.
Tagliabue comentó que más de 800 mil soldados se encuentran en bases estadounidenses situadas en 165 países, en las cuales podrán ver esta ceremonia y el Súper Tazón 38, que disputarán el próximo domingo Patriotas de Nueva Inglaterra y Panteras de Carolina.
Minutos antes de la patada inicial, el ex corredor de los Acereros de Pittsburgh, Rocky Bleier, veterano de la Guerra de Vietnam, dirigirá unas palabras a las tropas.
Bleier estará acompañado por seis de los dueños de equipos de la NFL que son veteranos de la Segunda Guerra Mundial: Bud Adams (Titanes de Tennessee), Tom Benson (Santos de Nueva Orleáns), Wellington Mara (Gigantes de Nueva York), Art Model (Cuervos de Baltimore), Alex Spanos (Cargadores de San Diego) y Ralph Wilson (Bills de Búfalo).