30 de abril 2004.
Tarragona España, (EFE).- Una maestra de un centro educativo público de Valls (Tarragona, noreste) ha sido suspendida de sus funciones por vengarse de sus alumnos, que le colocaron una aguja en la silla para que se la clavara al sentarse, se informó oficialmente.
24 alumnos de una clase de segundo de Enseñanza Secundarias Obligatoria (ESO) decidieron gastar una broma a su profesora de Ciencias Sociales, que tiene 30 años de experiencia de actividad docente, y colocaron una aguja en su silla, que la enseñante no se llegó a clavar al percatarse de ello.
La maestra impartió su clase con toda normalidad y, al acabar, decidió actuar: colocó a los alumnos en fila y, uno a uno, les fue pinchando con la misma aguja que le habían colocado en la silla, "principalmente en las manos, pero en algunos casos en los brazos o incluso en el cuello", según dijo Josep María Pastor, presidente de la Asociación de Madres y Padres (AMPA).
Aunque los pinchazos fueron superficiales, técnicos de Sanidad revisaron los historiales médicos de los alumnos, que permitieron verificar que ninguno de los escolares era portador de enfermedades de transmisión sanguínea, y todos ellos fueron revacunados del tétanos.
Pastor dijo que, a consecuencia de esta acción, la maestra estará de baja durante seis meses y el próximo curso, posiblemente, sea apartada de su actividad docente.
Al parecer, los padres de uno de los alumnos llevaron a su hijo al departamento de urgencias de un hospital, desde donde el equipo facultativo dio parte a los estamentos judiciales.