Sobran las palabras
En un fuerte abrazo nos decimos todo, nos comunicamos todo. No puedo hablar, siento el dolor de Gerardo a través de la piel, cuando nos vemos en la misa por la muerte de su esposa, mi gran amiga, Pachela. Al despedirnos, aprieto con cariño entrañable su antebrazo, en señal de apoyo. A través de ese toque, que se me graba para siempre, me transmite pedacitos de su sentimiento de orfandad y de su devastadora tristeza. Esos fragmentos se materializan y viajan silenciosamente por mi piel, hasta llegar al corazón. Alegría, pasión, soledad, amor, tristeza, desesperación, gusto, coraje, intimidad... En fin, ¡cuántas emociones comunicamos a través del tacto! La gran sensibilidad de la piel hace que su lenguaje sea infinito. Por lo mismo, hay que tener tacto para usar el sentido del tacto. Antes de establecer cualquier acercamiento, debemos tomar en cuenta quién toca a quién, qué relación hay entre las personas que se tocan, dónde se tocan, cuál es la intención del toque, cuánto dura y qué tan intenso es. Hay varias categorías de tocar y cada una conlleva un sinnúmero de mensajes: Profesional-funcional. Éste es un tipo de toque frío. Se establece en un día normal de trabajo, en profesionales como enfermeros, dentistas, doctores, entrenadores personales, manicuristas, sastres, masajistas o estilistas, que tocan a las personas para cumplir con un servicio. Sin embargo, aunque sea frío, el contacto afecta nuestra conducta. En una investigación, las meseras que tocaron ligeramente el hombro o la mano de sus clientes, por un segundo o menos, obtuvieron una propina más generosa en comparación con la que les dieron aquellos consumidores con los que no establecieron ningún contacto físico. Social-educado. Es el tipo de toque neutro que utilizamos todos los días en encuentros personales o con extraños. Saludar de mano, tomar a alguien del codo para acompañarlo a la puerta, al señalarle a alguien que está formado en la fila equivocada o al llamar la atención de una señora que trae abierta su bolsa. Cálido, de amistad. Cuando abrazamos ponemos nuestro brazo sobre su hombro, sobamos su espalda o tomamos su mano entre las nuestras, demostramos que hay afecto y que, para nosotros, la persona es única y especial. Sólo hay que considerar que, si la relación no es cercana, este tipo de toque podría no ser bienvenido. ¡¿Qué tal cuando un extraño te saluda y no te suelta la mano?! o, peor aún, ¡¡¡cuando te secuestra las dos!!! La persona platica y platica mientras tú piensas: Por favor, ¡suéltame! Sin oír una palabra de lo que te dice. Íntimo amoroso tocarnos con mutuo consentimiento, de manera íntima, no sólo es bienvenido sino necesario. Un abrazo prolongado, una caricia, un beso... Según Desmond Morris, todas las formas íntimas de tocarse uno al otro, si se hacen apropiadamente, nos sirven de consuelo y alivio. De acuerdo con los psicólogos, el amor se aprende a través de la piel. Tocar es el lenguaje primitivo del amor y el cuerpo es el guardián de la intimidad. El contacto es fundamental para la experiencia emocional porque es la unión total entre dos personas que no necesitan palabras para entenderse. Como NO tocar: Sabemos que hay de maneras de tocar a maneras de tocar... Todo cuenta: El contexto, el tiempo, a quién, en dónde y cómo. Sin embargo, cuando sentimos inapropiada una forma de tocar, por lo general, se debe a dos razones: Porque sentimos que lleva una connotación sexual o cuando el toque se prolonga más de lo normal. Aquí te presento cómo no se debe tocar: * A nadie le gusta que le den palmadas en la cabeza. * Tocar la espalda de una persona para llamar su atención está bien, sin embargo, recorrer su nuca con un dedo... ¡No, por favor! Si no somos íntimos, nunca masajearle a nadie ninguna parte del cuerpo, especialmente el cuello o los hombros * No tocarle la ropa, como su corbata o su blusa. * No tocarle el pelo. * No es lo mismo un toque ligero que una caricia. * El contexto es importante. Por ejemplo, si son las 7:00 de la noche, la mayoría de los compañeros de trabajo ya se fueron y las luces, con excepción de la tuya y la del otro, están apagadas, y el compañero(a) te toca... Esto, tiene un significado totalmente diferente si sucede a las 12:00 del día, en un pasillo lleno de gente y con todas las luces prendidas, ¿no es cierto? Cuando el toque se hace en público, en un contexto abierto y con gente alrededor, es menos sospechoso que cuando se hace en un lugar aislado. * Cuando, con el pretexto de un saludo efusivo, el hombre abraza a la mujer, rodeándole la cintura con el brazo, no está bien. Si algún día tienes duda acerca de si es apropiado, o no, tocar a una persona de tal o cuál forma, pregúntate: ¿Me gustaría que alguien me tocara así? o ¿Permitiría que tocaran así a mi mamá o a mi hermana? Y de inmediato lo sabrás. Recordemos que, en cualquiera de los casos, al tocar a alguien, siempre habrá una línea muy fina entre lo apropiado y lo no apropiado. Cuando una persona tiene tacto para usar el sentido del tacto, demuestra una fineza y una sensibilidad que siempre se agradece. ¿No crees?