TEPEHUANES, DGO .- La barbacoa se multiplicó y en cada esquina de la plaza principal de esta ciudad sonaban tamboras, mariachis y músicos norteños. Era una fiesta de pueblo que reunió a todos los sectores sociales y donde el ?padre Beto?, como popularmente llaman al cardenal Norberto Rivera Carrera, se convirtió en protagonista.
Todos querían saludar y abrazar al Cardenal, se acomodaban para la foto. Monseñor Rivera, lejos del bullicio de la capital del país, simplemente se dejó querer, reconocía rostros y los relacionaba a muchos con lazos familiares.
Autoridades y agrupaciones apostólicas se convirtieron en meseros para servir a los centenares de comensales que se congregaron en la plaza principal, frente al templo de Santa Catarina.
Unos se encargaron de los refrescos, otros colocaban las tortillas en las mesas, y la barbacoa llegaba en grandes vaporeras transportadas en camionetas. Los comensales esperaban con paciencia su ración.
El gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, con muletas por su reciente intervención, junto con su esposa Margarita García, se sentaron en la mesa principal colocada para el Cardenal.
La gente entregó obsequios a las autoridades y al purpurado duranguense. La fiesta apenas tomaba color y los músicos en cada esquina hacían sonar sus instrumentos.
En las calles anexas, aunque con el tráfico lento, circulaban camionetas de las mejores marcas y de últimos modelos ?Cadillac, Lobo, BMW y Suburban-, muchas con placas extranjeras conducidas por los paisanos que llegaron de Estados Unidos a pasar las vacaciones de verano.
LAS LLAVES DE LA CIUDAD
A pesar del intenso sol, desde las 12 horas, en Tepehuanes era fiesta. La glorieta de la calle Hidalgo era un río de gente que con alegría recibía al llamado hijo pródigo de esta tierra, mientras que las autoridades encabezaban el acto oficial civil.
El alcalde Javier Saucedo Saucedo entregó las llaves de la ciudad al Cardenal y le hizo un reconocimiento en nombre de la población.
El gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier lo felicitó por su trabajo pastoral y su dedicación a las labores cristinas que realiza dentro de la Iglesia.
Y tras el acto oficial, la comitiva continuó la caravana rumbo a la cancha municipal, donde llevó a cabo la misa de bienvenida. Estaban los presbíteros de la región y el arzobispo Héctor González Martínez.
Al término de la ceremonia religiosa, monseñor Rivera Carrera fue transportado a la Casa Parroquial, pero en el camino sobre la calle Hidalgo empleados salían de sus trabajos para saludar al prelado.
Tepehuanes prácticamente estaba paralizado. La visita del ?padre Beto? era un motivo de algarabía y en la plaza principal de la ciudad estaba preparado el banquete popular.
Un día antes de la visita pastoral, ?ya se habían preparado unas vaquitas?, dijo la comitiva organizadora. La barbacoa se multiplicó y alcanzó para todos.
ORIGEN
Regresa a su tierra
El cardenal Norberto Rivera Carrera, tras los festejos de recepción, se trasladó a La Purísima, población ubicada a doce kilómetros de la cabecera municipal, donde determinó pasar la noche.
-La Purísima es la población que lo vio nacer y de donde hace 50 años salió para realizar sus estudios en el Seminario Mayor de Durango.
-Hoy y mañana presidirá misas en las poblaciones Carreras, mientras que el jueves encabezará una ceremonia para conmemorar el primer centenario de la coronación de la Virgen de La Purísima.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.