EL SIGLO DE TORREÓN
SUSPENDEN OPERATIVOS CONTRA "PIRATAS"
Bloqueo desquicia el tráfico vehicular
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Y los taxistas lo hicieron de nuevo. Después de tomar las instalaciones de la Subdirección de Transporte, Región Laguna y de perseguir a su titular, Francisco Torres Larriva, durante varias calles, consiguieron la suspensión del operativo contra las unidades irregulares este fin de semana.
A las 12:15 horas, los taxistas llegaron a las instalaciones de la Subdirección de Transporte, Región Laguna. Bloquearon las calles aledañas y con pancartas y gritos, exigieron a Francisco Torres Larriva detener los operativos contra las unidades “piratas”.
El bloqueo de calles desquició el tráfico vehicular, además impidieron la entrada y salida de las ambulancias del Hospital General de Gómez Palacio.
Al principio, Francisco Torres Larriva se negó acceder a las peticiones de los taxistas alegando que sólo el gobernador de Durango, Ángel Sergio Guerrero Mier, podía detener los decomisos. Horas más tarde cambiaría de opinión.
En el interior de las oficinas de Transporte, todo era gritos y presiones. Ahí, el comandante de la Policía Ministerial, Gilberto Estrada, se limitaba a observar mientras Torres Larriva decía: “Voy hablar con el titular de Transporte en el Estado para que venga a Gómez Palacio con una solución, pero a la brava no vamos a resolver nada, no puedo brincar a mis superiores”.
Ante las acusaciones de abuso de poder por parte de los policías ministeriales, Gilberto Estrada reconoció haber tratado mal a los taxistas durante los operativos. “Fue porque impidieron el paso de las unidades y el acceso a la pensión”.
Gilberto Estrada insistió al asegurar que en todo momento intentó dialogar con los taxistas, sin embargo ninguno de ellos accedió hablar.
Respecto a la falta de apoyo de los policías preventivos y agentes de tránsito durante los decomisos realizados ayer por la mañana, el comandante dijo desconocer los motivos y consideró importante la colaboración de las autoridades municipales.
“Nosotros estamos actuando en apoyo a Transporte y mientras no nos den una orden contraria vamos a continuar con el operativo, no se puede hablar con los taxistas de manera civilizada, no se puede negociar algo fuera de la Ley”.
En esos momentos Torres Larriva mantenía su postura: “no pueden trabajar sin placas porque es una orden tajante del Gobernador, pidió no dar marcha atrás aunque hubiera este tipo de problemas, yo tengo una orden así se haga lío o problema, la Ley marca que para trabajar tienen que tener sus placas y tarjeta de circulación. Mientras el Gobernador no me dé una instrucción contraria los operativos van a seguir”.
A las 13:00 horas el diálogo se rompió, el primero en abandonar las instalaciones fue el comandante de la Policía Ministerial, minutos más tarde Francisco Torres Larriva intentó retirarse de sus oficinas, pero su vehículo fue bloqueado por los taxistas y decidió irse a pie.
Los trabajadores del volante se percataron que Torres Larriva dejaba las instalaciones, lo persiguieron varias calles, en ocasiones lo detenían cerrándole el paso e insultándolo hasta el cansancio, hubo quien se atrevió a lanzarle objetos como botellas de refresco.
Ante las amenazas de los choferes, el funcionario estatal decidió regresar a sus oficinas y una vez más prometió a los taxistas buscar una solución a sus demandas.
Francisco Torres Larriva en varias ocasiones intentó comunicarse vía telefónica con el secretario de Gobierno y con el Gobernador, pero ninguno respondió a su llamado. Alrededor de las 14:20 horas, Ramón Guzmán Benavente, director de Transporte en el Estado, habló con el funcionario.
Luego de conocer la agresión que sufrió Torres Larriva, Guzmán Benavente se limitó a informarle que buscaría hablar con el Gobernador para recibir instrucciones y le sugirió que saliera de sus oficinas escoltado por policías ministeriales, pero el funcionario se negó para evitar enfrentamientos.
Los taxistas amenazaron con tomar las instalaciones de la Subdirección de Transporte de manera permanente y entonces Torres Larriva accedió a suspender el operativo este fin de semana sin el consentimiento de alguno de sus superiores, pero aclaró a los taxistas que no podía devolver las unidades decomisadas.
“Suspendemos el operativo de aquí hasta el lunes y me comprometo abogar para la devolución de las unidades, lo que esté en mis manos yo lo hago”.
Pero los taxistas no se conformaron con el ofrecimiento del funcionario. Marcial Martínez, coordinador de la base Alianza, le pidió a Torres Larriva que tuviera la “amabilidad” de avisarles la hora en que reiniciarían los operativos el próximo lunes.
Luego Marcial Martínez informó a los trabajadores del volante: “no nos van a molestar durante todo el fin de semana, pueden trabajar con toda confianza pero hay que estar alerta y si se requiere regresamos el lunes”.
Retiran apoyo municipal, taxistas toman ventaja
“Fueron órdenes de la señora Presidenta, hay que mantenerse al margen de los operativos (contra los 'piratas'), el problema es del Gobierno del Estado”, dijo Arturo López Aguilera, director de Seguridad Pública, respecto a la ausencia de policías preventivos y elementos del Grupo Operativo de Reacción Inmediata (GORI) en las caravanas formadas para cumplir la instrucción girada por el Gobernador, la semana pasada.
La indicación fue notificada a los jefes policíacos al término de la reunión que sostuvieron represen-tantes de los taxistas con el secretario del Ayuntamiento, Ángel Francisco Rey Guevara. Cuatro horas después, “librados” de la presencia de los agentes municipales, los “piratas” realizaron su primer ataque.
Gilberto Estrada Quiñones, comandante regional de la Policía Ministerial, informó que a las 19:15 horas, un grupo de aproximadamente 30 taxistas (y que iba en aumento) se posesionó de la entrada al corralón asignado para resguardar las unidades decomisadas.
En la movilización se bloqueó el paso a las patrullas de la Policía Ministerial y de la Dirección General de Transporte del Estado (DGTE). La acción obligó a la presencia del comandante que intentó resolver el problema mediante el diálogo y sólo recibió insultos de los choferes ocultos en el grupo.
El incidente no pasó a mayores, uno de los choferes gritó a Estrada Quiñones, “Nomás los estamos calando”. A raíz del altercado, la Policía Estatal determinó poner listos y en circulación los equipos antimotines, para cualquier eventualidad.
Con el antecedente sobre la diferencia entre taxistas y ministeriales, al ser cuestionado Arturo López sobre la postura de la Dirección de Seguridad Pública ante un posible estallido de violencia, dijo: “Tendremos que ver qué dice la Alcaldesa... bueno, no, claro que por lógica actuaríamos si es necesario”.
Peticiones obligadas
“Queremos solución, queremos solución, no represión” gritaba perdido entre varios choferes un anciano dentro de la oficina del subdirector de Transporte del Estado, Francisco Torres Larriva. “Quieren que haya un enfrentamiento entre nuestras familias y los judiciales”, decía en voz alta un conductor que dijo llamarse Javier Guerra Guerrero, mejor conocido en el gremio como “Macuso”.
Francisco Torres trataba de hablar sin ser interrumpido: “Vamos a exponer los problemas, el director de Transporte va venir con una solución”. “Y mientras qué vamos a comer”, señaló otro chofer perdido entre sus compañeros.
“Sabemos que no somos blancas palomas, pero si me quieren meter a la cárcel por expresar mis ideas, adelante, si me quieren matar por defender mis derechos, ni modo”, dijo Francisco Javier García, del Frente Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular (FOCEP).
Llamando a la calma en el diálogo, Francisco Javier Ruiz, de la base “Dorados” pidió una tregua: “Entiendan que el licenciado (Torres Larriva) no tiene o no puede solucionar todo el problema...”, “Sáquenlo, sáquenlo, fuera...”, gritaron los taxistas presentes al detectar que el vocero mostraba flexibilidad.
Los taxistas afuera apoyaban a su comisión. Las presiones aumentaron y los choferes al final lograron su objetivo: Los operativos se suspendieron, sólo siete días duró la aplicación de la Ley.