El Telescopio Largo Milimétrico (LMT, por sus siglas en inglés), es un proyecto mexicano-estadounidense que se construye en la cumbre de 4,580 metros de Sierra Negra, la quinta montaña más alta de México.
MONTAÑA SIERRA NEGRA, México, (Reuters) - En la punta de una de las montañas más altas de México está emplazado un gigantesco telescopio a medio construir que los científicos esperan, una vez termindas la obras, revele más secretos sobre los orígenes del Universo.
Con una base parecida a un soporte de lanzamiento de cohetes y una antena tan ancha como una enorme rueda de la fortuna, el telescopio recogerá radiación electromagnética emitida como ondas milimétricas hace 13,000 millones de años, cuando se formaron las primeras estrellas, dicen astrofísicos.
"Con esto vamos más profundo en el espacio y más atrás en el tiempo", dijo la astrofísica Itziar Aretxaga, en medio del ruido de los trabajadores que iban y venían.
El Telescopio Largo Milimétrico (LMT, por sus siglas en inglés), es un proyecto mexicano-estadounidense que se construye en la cumbre de 4,580 metros de Sierra Negra, la quinta montaña más alta de México, en un aire tan delgado que es necesario contar con oxígeno embotellado en caso de que algún trabajador de la construcción se desmaye.
Los científicos esperan detectar en las nubes del frío polvo cósmico, ondas emitidas por las primeras estrellas durante su formación luego del "big bang" que creó el Universo hace 13,700 millones de años.
Los científicos agregarán esta información a lo que ya conocen, para entender más sobre la evolución del Universo. Al mismo tiempo, se espera que puedan detectar miles de nuevas galaxias.
"Vamos a buscar en una zona que es miles de veces mayor a lo que hemos observado con ondas milimétricas, para ver hacia atrás, como nunca antes, a una época en la que el Universo tenía sólo unos cientos de millones de años de edad", dijo David Hughes, un astrofísico británico del equipo.
"Podremos ver las regiones polvosas donde se formaban las estrellas por primera vez".
Con una antena de un diámetro de 50 metros, el LMT superará a los telescopios existentes y podrá recoger señales de los objetos más lejanos en el espacio exterior.
Mientras los telescopios ópticos detectan rayos de luz y otros buscan ondas de radio, infrarrojas o gama, el LMT recogerá radiación electromagnética en longitudes de onda de 1 a 3 milímetros, que son menores a ondas de radio pero mayores que los infrarrojos, luz visible y rayos gama.
Estas ondas milimétricas son únicas porque el polvo espacial no las desvía y la distancia no las opaca. Esto permite a los investigadores ver objetos vagos mucho más brillantes que con otros tipos de radiación y significa menos imprecisiones.
POCO OXIGENO = POCAS MATEMATICAS
El telescopio de 100 millones de dólares está siendo instalado por el Instituto Nacional de Astrofísica, Optica y Electrónica (INAOE) de México y la Universidad de Massachusetts.
Desde que Galileo se asomara al sistema solar con su catalejo hace 400 años, los astrónomos han investigado el espacio lo suficiente para ver una imagen borrosa del Universo como un bebé de 300,000 años de edad, pero aún carecen de detalles sobre su infancia.
El INAOE espera que las lecturas del LMT --tan sensible que detectaría ondas de un teléfono celular en la luna como un ensordecedor timbrazo-- darán luz sobre el Universo en evolución.
Sierra Negra, un extinto volcán en el este de la ciudad de Puebla, en el centro de México, fue elegido por su altura y clima templado. Los telescopios pueden operar en medio de una ligera contaminación pero trabajan mejor a altitudes donde el porcentaje de vapor de agua en el aire es menor.
Su posición en latitud 19 grados le da una perfecta visión del cielo sureño donde se ubica el centro de la Vía Láctea y novedosa tecnología corregirá imprecisiones que podrían ser causadas por el peso y tamaño de la antena mientras cambia de posición.
Pero el delgado aire en Sierra Negra, cercano al Pico de Orizaba, el más alto de México, es problemático. El equipo planea instalar los sitios de observación con oxígeno extra.
"Se pueden cometer errores tontos cuando falta aire al cerebro. Hay historias de científicos que escribieron cosas como que dos más dos son cinco", dijo Aretxaga.
Se espera que el proyecto opere en 2007 luego de que una grúa suficientemente grande para instalar la antena en la base pueda ser trasladada a la cumbre.
En la última década, telescopios ópticos o infrarrojos principalmente, han permitido detectar más de 120 planetas orbitando una estrella que no es el sol.
El LMT, con su gran área de trabajo, podría detectar señales mucho más débiles que los telescopios existentes en España y Japón y por tanto, podría ver galaxias más lejanas y antiguas.
"Cuanto más grande es el plato, es más sensible. Se mejora la capacidad para ver objetos separados", dijo Hughes.
"El LMT contribuirá al trabajo de otros telescopios encontrando nuevos planetas. Al combinar los resultos sabremos más del Universo en el que vivimos", agregó.