EL SIGLO DE TORREÓN / AGENCIAS
RIYAD, ARABIA SAUDITA.- La espiral de violencia que envuelve a Arabia Saudita, puso en alerta a los extranjeros que viven en el país. Estados Unidose pidió a sus ciudadanos en el país que estén en permanente alerta y tomen suficientes medidas de precaución, un día después de conocerse la decapitación de norteamericano en la nación árabe.
La red terrorista Al Qaeda anució el viernes el asesinato del estadounidense Paul M. Johnson, quien desde sábado 12 de junio se encontraba secuestrado, junto al documento se mostraron cruentas imágenes en donde se observaba la cabeza de Jonhson sobre su espalda.
El homicidio fue condenado a nivel mundial, incluso por algunos de los adversarios más empecinados de Estados Unidos, como el régimen de Siria, que lo consideró un “delito vergonzoso”.
Horas después del asesinato de Johnson, las fuerzas de seguridad interceptaron en un retén volante a responsable Al Qaeda en Arabia Saudita Abdulaziz al Moqrin y otros guerrilleros de la banda en un automóvil, desatándose un tiroteo que concluyó con la muerte de los cuatro ocupantes, dijo el asesor de Asuntos Internacionales del príncipe heredero Abdalá, Adel al Jubeir, a los periodistas en la embajada saudí de Washington.
El funcionario agregó que las informaciones anteriores de que los guerrilleros fueron sorprendidos después que un testigo los vio cuando arrojaban el cadáver de Johnson fueron incorrectas.
“No hemos encontrado aún el cadáver (de Johnson)”, dijo al Jubeir y agregó que los agentes de seguridad registran los suburbios norteños de Riyad. “Creemos conocer el área en donde se encuentra”, agregó.
El Ministerio del Interior dijo que las autoridades confiscaron tres automóviles utilizados por la célula de al Moqrin, incluyendo uno que al parecer fue usado en el asesinato, cometido el seis de junio, del camarógrafo irlandés Simon Cumbers.
Fueron confiscados además documentos de identidad, 38 mil dólares en metálico y diversas armas, entre ellas tres lanzagranadas, granadas de mano y fusiles automáticos, según el parte ministerial.
La muerte de al Moqrin, de 31 años, fue un golpe maestro para el Gobierno saudí, aquejado por una ola de ataques y atentados contra extranjeros occidentales con el fin de que abandonen el reino y para minar al mismo tiempo la legitimidad de la familia real.
El embajador estadounidense en Arabia Saudí, James Oberwetter, recibió con agrado la noticia, pero advirtió que con ello no ha terminado la amenaza de violencia.
Oberwetter, en una conferencia de prensa en Riyad, advirtió, que “aún continúa la amenaza terrorista” y pidió a los norteamericanos y los demás residentes extranjeros en el reino árabe que estén en permanente alerta y tomen suficientes medidas de precaución.
También consideró que las fuerzas de seguridad saudíes “no han ahorrado esfuerzos” para intentar salvar la vida al rehén estadounidense Paul Johnson, secuestrado el pasado sábado por una célula de Al Qaeda en Riad y decapitado el viernes.
“Los terroristas pueden conseguir pocos éxitos, especialmente en sus ataques contra individuales, pero al final, seguramente, perderán la guerra”, agregó el diplomático y alabó la cooperación entre los servicios de seguridad saudíes y estadounidenses en la última operación.
“Los saudíes han hecho un gran trabajo, pero todavía hay mucho qué hacer en la lucha contra el terrorismo”, añadió.
Oberwetter precisó que además de la lista de Riyad de los 26 terroristas más buscados, en la cual figuran los nombres de los cuatro terroristas muertos ayer, “hay muchos más no registrados” que constituyen una amenaza para los estadounidenses y los demás occidentales en el reino wahabí.
