El Parlamento cubano advirtió a EU que para acabar con la revolución tendrían que invadirlos, en cuyo caso sufrirían su mayor derrota.
01 de julio 2004.
La Habana, Cuba (EFE).- El Parlamento cubano advirtió hoy que si los Estados Unidos quiere cumplir sus "siniestros planes" de acabar con la revolución, "primero tendrían que invadir este país", en cuyo caso "aquí sufrirán su mayor y más vergonzosa derrota".
Una declaración presentada hoy en la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), a la que asiste el presidente, Fidel Castro, acusó al gobierno de EU de querer "aniquilar" a Cuba con la aplicación de nuevas restricciones "para derrocar a la Revolución".
El presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, dijo que las medidas de EU son "completamente injustas, ilegales, inconstitucionales, buscan la destrucción de la Revolución y poner fin a la soberanía cubana para convertir a este país en una posesión norteamericana".
"El imperio quiere aniquilar a la Nación cubana y lo proclama con insolente arrogancia", sostiene la declaración parlamentaria, que denuncia que el plan estadounidense "intensifica la guerra económica, la subversión interna, la propaganda anticubana y las presiones sobre el resto del mundo".
El objetivo, continúa, es "crear las condiciones que pudieran conducir a su intervención militar directa para destruir la Revolución, poner fin a nuestra independencia y soberanía, y llevar a cabo la vieja quimera anexionista de apoderarse de Cuba".
El miércoles, Washington comenzó a aplicar un conjunto de medidas que limitan los viajes y los envíos de remesas familiares a la isla, así como los gastos durante las visitas a Cuba de los cubanos residentes en EU.
Además, propone aumentar el apoyo financiero a la disidencia interna y planea el despliegue de aviones para crear una plataforma aérea que permita las transmisiones de Radio y Televisión Martí a Cuba, hasta ahora limitadas por las interferencias cubanas.
"Para los cubanos, en Estados Unidos se ha creado una especie de apartheid", añade la declaración.
El plan norteamericano es "particularmente cínico", porque "coarta drásticamente a los cubanos residentes en EU el envío de remesas a sus familiares en Cuba" mientras "autoriza e instiga a cualquiera a suministrar dinero y apoyo material a los grupúsculos de traidores que aquí actúan a sus órdenes", señala.
La declaración del Parlamento cubano acusa a EU de destinar 59 millones de dólares en los próximos dos años a financiar a la disidencia interna -cuyos miembros son calificados por el gobierno de la isla como "traidores" y "mercenarios"- y a dirigir "otras acciones que procuran socavar la sociedad cubana".
Las consecuencias de la iniciativa estadounidense para el pueblo cubano "serían tan terribles, que el propio informe (de EU) reconoce que no sería fácil" realizar la "transición" y que "enfrentaría un amplio rechazo en la sociedad cubana", añade el texto.
"Les resultará imposible convertir en realidad sus siniestros planes", porque "primero tendrían que invadir este país, ocuparlo militarmente y con posterioridad aplastar la resistencia de nuestro pueblo, y esto jamás podrán lograrlo", sostiene.
La declaración insiste en que si EU ataca la isla "estamos preparados y dispuestos a combatir hasta el último hombre y la última mujer para impedirlo" y "aquí sufrirán su mayor y más vergonzosa derrota".
Se espera que durante la sesión parlamentaria Castro se pronuncie de nuevo sobre las medidas norteamericanas.
Anoche, el líder cubano se presentó por sorpresa en una recepción ofrecida por el embajador argentino, Abraham Taleb, y, en sus primeros comentarios a la prensa extranjera desde hace tiempo, declaró que Bush debió estar "mal asesorado" al adoptar estas medidas "que van contra sus intereses políticos".
Castro se permitió incluso bromear sobre una posible derrota de Bush en las elecciones estadounidenses de noviembre y comentar que en Cuba lamentarían "muchísimo" que perdiera la Presidencia, "porque nos gustan los adversarios (...) y es de los que más nos han amenazado".
Las restricciones de EU contra Cuba han provocado duras críticas entre algunos sectores del exilio cubano de Florida, un estado clave en las elecciones norteamericanas.