Con 48 mdd de inversión, inicia la construcción de u complejo cinematográfico en San Miguel de Allende
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SAN MIGUEL DE ALLENDE, México.- Muy cerca de las calles empedradas de esta coqueta ciudad colonial, el viejo Rancho San Ignacio presenta un paisaje literalmente de película. La maraña de cactus y mezquites delinea el paisaje y la planicie se confunde con las sombras de colinas distantes.
La productora y directora Francesca Fisher piensa en el cine -y en el dinero- cuando disfruta del paisaje desértico en el centro de México que ha servido de escenario para docenas de películas con celebridades que van de John Wayne a Antonio Banderas.
Con el aporte de otros inversionistas, la nativa de Nueva Zelanda compró el rancho de 100 hectáreas a Javier Origel -que trabajó como extra en muchas películas de vaqueros- y ha empezado a construir un complejo cinematográfico que llamará The Film Colony.
El proyecto, que funcionará en pleno a partir de 2007, tiene un costo de 48 millones de dólares y se propone ofrecer servicio completo a las producciones cinematográficas extranjeras. A la vez pretende estimular la respetada pero escasa de fondos industria cinematográfica mexicana, responsable de éxitos internacionales recientes como Amores Perros, Y Tu Mamá También, El Crimen del Padre Amaro y 21 Gramos.
Fischer calcula que Film Colony creará unos 650 empleos temporales y permanentes. Y planea operar una escuela de cine para aumentar el número de técnicos cinematográficos en México. “Estamos convencidos de haber creado un diseño de primerísima clase”, dijo Fisher en una entrevista telefónica desde Nueva Zelanda.
México ha atraído a muchos cineastas extranjeros por sus playas, selvas y desiertos. En los años 60 y 70, el estado norteño de Durango fue escenario de películas del oeste con John Wayne, Burt Lancaster y Ernest Borgnine.
Más recientemente, la península de Baja California ha suministrado paisajes espectaculares -terrestres y marinos- para exitosas películas como Titanic, Tomorrow Never Dies, Deep Blue Sea, Pearl Harbor y más recientemente, la cinta Troya.
Con historia cinematográfica
San Miguel de Allende, esta ciudad de 76 mil habitantes notoria por su arquitectura colonial, sus callejuelas primorosas y las torres escalonadas de las iglesias, ha sido el fondo predilecto para películas de largometraje mexicanas y extranjeras, además de telenovelas y videos musicales nacionales.
Robert Rodríguez empleó San Miguel para filmar la mayor parte de la tercera entrega de su trilogía Once Upon a Time in México, como también parte de la segunda, Desperado, ambas con Banderas. Otra película And Starring Pancho Villa as Himself, producida por HBO, también se rodó aquí.
Robert Mitchum, Kim Novak, Rita Hayworth y Anthony Quinn son algunos de los astros y estrellas a quienes se puede ver descansando en la famosa cantina La Cucaracha o en la capital mexicana, a 240 kilómetros al sur.
México ya tiene dos estudios de cine: el histórico Churubusco que funciona desde los años 40 y los Fox Studio Baja de la Twentieth Century Fox, construidos en 1996 justo al sur de la frontera para filmar Titanic.
San Miguel de Allende carece de dicha infraestructura y por lo tanto los cineastas “no han invertido en el estado las sumas que podría haber conquistado de contar con instalaciones más completas”, explicó Fisher.
La productora es una de miles de artistas, escritores y retirados que se han visto atraídos a San Miguel. Muchas de las numerosas galerías de arte, librerías, restaurantes y posadas son propiedad de extranjeros como Fisher, quien dice que “me enamoré perdidamente de San Miguel desde que me bajé del autobús en 1984”.
Banderas y miembros de la familia Rockefeller son apenas dos ejemplos de las celebridades que tienen residencias veraniegas aquí. El alcalde Luis Alberto Villarreal calcula que los expatriados representan un diez por ciento de la población.