BUENOS AIRES, ARG.- El astro del futbol argentino Diego Armando Maradona aguarda con impaciencia el dictamen que debe emitir un juez para que se le permita salir del país y continuar en Cuba su proceso de recuperación por adicción a las drogas.
En medio de la tensa espera, familiares, abogados y médicos del ex jugador han cumplido con el pacto de silencio al que se comprometieron el viernes pasado ante las autoridades, para evitar las declaraciones públicas en torno del estado de salud del astro.
Por ello, Maradona debió evitar cualquier tipo de declaración el domingo pasado, cuando de manera privilegiada se le permitió salir de la clínica neurosiquiátrica en la que se encuentra internado desde hace tres meses, para asistir a un partido de Boca Juniors.
Aunque entregó un premio al delantero campeón olímpico Carlos Tévez y fue ovacionado por una multitud, "el diez" se limitó a sonreír y a agitar efusivamente los brazos para agradecer el apoyo que siempre le dan los fanáticos del futbol argentino.
Después de la audiencia del viernes pasado, se esperaba que la justicia emitiera a más tardar ayer su veredicto con respecto a la posibilidad de que Maradona pueda ser autorizado a viajar a La Habana.
El médico personal del astro, Alfredo Cahe, explicó que el juzgado establecerá sus propios tiempos para decidir el futuro de Maradona, quien a pesar de lo estricto de su tratamiento de rehabilitación enfrenta un evidente problema de sobrepeso.
Cahe aseveró que el ídolo, de 43 años de edad, está "desesperado y deprimido" por la falta de respuesta de las autoridades judiciales, de quienes piensa que lo consideran incapacitado para tomar sus propias decisiones.
Lo que es un hecho es que de un momento a otro Maradona saldrá de la clínica en la que se encuentra ahora porque el propio juez reconoció que no es un centro apropiado para seguir el tratamiento del ex jugador.
El problema es que en Argentina ya no hay clínicas que quieran aceptarlo como paciente debido al revuelo que genera en los medios de comunicación su presencia.
La familia de Maradona, encabezada por su ex esposa Claudia Villafañe, pretende que el ex capitán de la selección nacional se quede en el país con el objetivo de tener mayor control sobre su tratamiento.
El propio Maradona, apoyado por su médico y sus abogados, insiste en viajar a Cuba porque ahí, dice, goza de una tranquilidad que es benéfica porque no recibe el mismo acoso de los medios de comunicación que en Argentina.
En contra de los deseos del astro juegan las fotos que publicó recientemente un diario mexicano, en el que se comprueba que cuando estuvo internado en La Habana, Maradona continuaba drogándose con cocaína.
Centro Médico cubano niega estar esperando a Maradona
Un funcionario de un centro de salud mental en La Habana desmitió ayer informes de prensa de que esa instalación se está preparando para recibir y dar tratamiento al ex futbolista argentino Diego Maradona.
"Este Centro no está disponible para recibir a Maradona, ni a nadie", dijo el funcionario del Centro de Salud Mental (Censam), de La Habana.
"El paso por aquí del huracán Charley hizo grandes estragos y no está en condiciones", dijo por teléfono requiriendo el anonimato.
La fuente dijo que Charley, que atravesó la isla el 13 de agosto dejando pérdidas por más de 1,000 millones de dólares, levantó el techo de una parte del Centro, ubicado en la localidad de Jaimanitas, en las afueras de la capital cubana.
Versiones de medios de prensa internacionales dijeron que el ex capitán de la selección albiceleste de futbol podría ingresar en el Censam, dependiente del Ministerio del Interior y que se dedica al tratamiento de enfermedades mentales y adicciones.
El ex astro mundial está en una clínica en las afueras de Buenos Aires contra su voluntad por su adicción a la cocaína y ha llegado a pedirle al presidente argentino, Nestor Kirchner, que interceda para eliminar las trabas legales que le impiden salir del país.
En varias ocasiones, desde que en abril fuera ingresado por una crisis cardiaca en Buenos Aires que le puso al borde de la muerte, Maradona ha expresado su deseo de regresar a Cuba, donde llegó en enero de 2000 para iniciar un tratamiento contra su adicción a las drogas y el alcohol.
El viernes, la justicia argentina decidió no autorizar por ahora el viaje de Maradona a Cuba, de donde salió a a comienzos de marzo último hacia Bolivia y luego viajó hacia Buenos Aires.
