El ambiente era muy parecido al de cualquier otro acto solemne. Los oradores hablaban, los asistentes hacían como que escuchaban y el presidium asumía poses típicas de una visita de Estado. La seriedad reinaba en el recinto que albergó a buena parte de los representantes de la sociedad de Durango.
Pero se habían agotado cinco horas desde que arribó a Durango el titular de la SEP, Reyes Tamez Guerra, y no había hecho compromisos extraordinarios con los duranguenses. Excepto uno: ampliar el financiamiento al programa Escuelas de Calidad. No era suficiente.
Todo transcurría normal, sin contratiempos. Sin embargo, en el Teatro Ricardo Castro, sede del tercer evento en la agenda de trabajo del secretario de Educación Reyes Tamez Guerra, el ánimo se relajó cuando el gobernador Ismael Hernández Deras fijó las últimas ideas de su discurso preparado con antelación y dirigido al visitante.
?¡Quiero que no salgamos de este evento sin una respuesta y un compromiso del Secretario de Educación del Gobierno Federal! ¡Casi le podría decir que estamos desesperados!?, planteó el mandatario, tras pedirle recursos para construir dos universidades nuevas para Durango a partir del 2005.
Ni la gritería, ni las ocurrencias de los niños de la Escuela Primaria Ford 95, ubicada en el fraccionamiento Guadalupe y albergue del segundo punto en la gira de trabajo del titular de la SEP por Durango, había generado tal relajo entre los adultos.
Al menos no como el que ocurrió cuando el funcionario central de Educación respondió en afirmativamente a la petición del gobernador Ismael.
Hasta se puso de pie el público para aplaudir la promesa presupuestal de mil 400 millones de pesos adicionales para este año al sector educativo estatal, y para agradecer el compromiso de comenzar la construcción de una Universidad Tecnológica en La Laguna, y una Universidad Politécnica en la ciudad de Durango.
Antes del encuentro en el Teatro Ricardo Castro, cuando se habló del programa Escuelas de Calidad en la primaria Ford 95, un importante segmento de los asistentes de ese evento se percató de un hecho chusco aunque involuntario.
Y es que tres infantes uniformados de rojo y azul se quedaron plácidamente dormidos mientras las autoridades hablaban de calidad educativa y mejora en los procesos formativos. Como que no eran temas de su incumbencia.
Pero su despertar fue abrupto cuando el maestro de ceremonias aprovechó un receso de su participación en el micrófono para ir e interrumpir el sueño repentino de estos niños que no se divertían en la visita del funcionario federal a su escuela.
En la agenda de trabajo del Secretario de Educación Pública por el estado de Durango no se había registrado un elemento que atrajera tanta atención del público al mismo tiempo.
Tamez primero fue al municipio de Otáez, y conoció ahí las carencias de miles de duranguenses que viven en zonas tan alejadas del desarrollo y de las llamadas ?escuelas de calidad?.
Luego, visitó una ?escuela modelo? y encontró ánimo de participación proactiva entre maestros, padres de familia y autoridades en la Ford 95. Pero pidió a niños y jóvenes hacer el compromiso de buscar ser mejores y no solamente memorizar las clases.
Su paso por Durango había sido favorable por el anuncio de ampliar de 300 a 500 el número de instituciones que entraban al programa Escuelas de Calidad en Durango.
No obstante, tal vez sintió más el peso de la mirada de los duranguenses cuando el Gobernador le lanzó el anzuelo para pescar un compromiso financiero de más recursos federales para la educación profesional en el estado.
Ese lapso entre el planteamiento público hecho por el Gobernador de Durango y la respuesta del titular de la SEP causaba silencios con algo de murmullos, de esos que provocan incertidumbre. Pero el rostro del mandatario era más evidente.
Y mientras escuchaba la posible réplica de Tamez Guerra, Ismael tal vez pensaba: ?Bueno, la petición ya está sobre la mesa...?.
De pronto, aplausos y sonrisas destensaron la situación cuando Reyes Tamez Guerra respondió la petición de Hernández Deras en sentido afirmativo.