Las autoridades del sureño estado toman 'con mucha cautela' advertencias de la agencia
EL SIGLO DE TORREÓN/AGENCIAS
WASHINGTON, EU.- Mientras en Pakistán elementos del Ejército luchan por estrechar el cerco alrededor de elementos clave del grupo islámico Al Qaeda, en Estados Unidos las amenazas de un ataque terrorista se ciernen cada vez con más fuerza sobre los campos petroleros de Texas, según reportes revelados ayer por el FBI.
Sin dar detalles específicos o corroborados con respecto a cualquier amenaza potencial, funcionarios de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) advirtieron a las refinerías de Texas que podrían ser blancos de posibles ataques terroristas.
Un funcionario dijo que el señalamiento basado en información de inteligencia recibida por la FBI, fue transmitida a la industria y a las autoridades de la Ley y el Orden en el estado norteamericano “con mucha cautela”.
El aviso se da a conocer dos días después de que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell dijera que el objetivo de las administraciones de George W. Bush y William Clinton era destruir a la red terrorista Al Qaeda, pero la fuente no quiso dar detalles sobre la advertencia.
Sin embargo, un funcionario de la industria petrolera en Texas, que vio la advertencia, dijo: “La alerta menciona amenazas contra los oleoductos e instalaciones en Texas que podrían coincidir con la elección de noviembre”.
Un funcionario agregó que han habido al menos una media docena de ese tipo de advertencias del FBI en Texas desde el verano pasado.
Los precios minoristas de la gasolina subieron a su nivel más alto esta semana. Cualquier daño a una de las refinerías u oleoductos principales reduciría aún más el suministro de este combustible.
Sin embargo, la advertencia de la FBI tuvo poco impacto ayer en los precios del crudo, que ya habían caído abruptamente tras informes de que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) está confrontando problemas para disminuir una planeada reducción de la producción. Según expertos, las alertas de seguridad parecen ser más comunes de lo imaginado.
Desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, las refinerías estadounidenses han adoptado medidas de seguridad más estrictas, incluido un mayor escrutinio de los visitantes.
El diario Houston Chronicle divulgó primero el aviso, el cual dijo fue enviado el miércoles. El periódico citó a una portavoz local del FBI diciendo que la oficina de la agencia en Houston se habían reunido con funcionarios de agencias de la Ley y el Orden locales y de refinerías locales.
La Asociación Nacional de Refinerías y Petroquímica dijo que había pedido a sus miembros en Texas que aumentaran la vigilancia después de la advertencia.
Maurice McBride, director de seguridad del grupo comercial, dijo que la FBI y otras agencias federales todavía están analizando la información de inteligencia que recibieron sobre los posibles ataques.
“Hemos hablado con la FBI y no hay mucho más que se pueda decir”, dijo McBride.
Contra Pakistán
La estación de televisión árabe Al Jazeera difundió ayer una grabación, presuntamente del segundo de la red Al Qaeda, Ayman Al Zawahri, en la que llamó a los paquistaníes a derrocar a su Gobierno.
“Llamo a los musulmanes de Pakistán a librarse de su Gobierno, que está trabajando para los estadounidenses”, dijo la voz en la grabación, que sonaba similar a la de otras cintas de audio de Al Zawahri. El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, escapó a duras penas de dos intentos de asesinatos en diciembre, atribuidos a los radicales islámicos.
Pakistán, un aliado clave en la “guerra contra el terrorismo”, liderada por Estados Unidos, ha estado librando una sangrienta batalla en la última quincena para eliminar a los combatientes de Al Qaeda de su frontera con Afganistán, a la par de una operación estadounidense al otro lado de ésta.
Funcionarios paquistaníes dijeron la semana pasada que la obstinada defensa de los radicales sugería que estaban protegiendo un “objetivo de gran valor”, quizás Al Zawahri, pero el Ejército aclaró posteriormente que esas especulaciones eran infundadas.
Islamabad ha enfrentado fuertes demandas de la oposición para frenar la ofensiva de 5,000 tropas en la región tribal de Waziristan Sur, pero ha reafirmado que continuará hasta que los militantes radicales sean eliminados. Varias personas han muerto en los combates.
Por su parte el ministro paquistaní del Interior, Faisal Saleh Hayyat, presentó ayer ante el Parlamento los primeros resultados de la ofensiva militar que el Ejército inició la semana pasada contra la red Al Qaeda en la frontera con Afganistán.
En medio de fuertes protestas de la oposición en la Asamblea Nacional, Hayyat dijo que las operaciones van por buen camino y advirtió que no concluirán hasta haber “eliminado por completo”, a los grupos terroristas presentes en la fronteriza de Waziristán.
Destacó que desde el inicio de las operaciones en pasado 16 de marzo, al menos 55 presuntos extremistas han muerto, entre militantes de Al Qaeda, de la resistencia del depuesto régimen afgano del talibán y simpatizantes locales que se les habían unido.
“Sólo el primer día de la ofensiva murieron 24 extremistas y días después se logró el arresto de un centenar de ellos”, agregó el ministro, entre gritos de los legisladores, que exigieron su presencia ante el Parlamento por lanzar la ofensiva sin su consulta.
El ministro explicó que por ahora se desconoce la identidad de los muertos y su nacionalidad, pero dijo que la mayoría eran extranjeros, al parecer del vecino Afganistán, aunque, agregó, todavía se está investigando.
En sus declaraciones, Hayyat omitió dar detalles sobre lo sucedido con el número dos de Al Qaeda, Ayman Al Zawari, que según el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, estaría entre los cercados y sólo refirió que aún se practican pruebas de ADN.