SUN-AEE
México, DF.- La banda neoyorquina The Strokes reafirmó su éxito en México y la afinidad que tiene con el público de este país durante la hora y media de concierto que ofrecieron la noche del viernes en el Palacio de los Deportes.
?Son el país más cool?, dijo Julián Casablancas frente a 13 mil personas que ovacionaron cada una de las canciones que interpretaron.
Como grupo abridor estuvieron los suecos The Sounds, quienes fueron bien recibidos por el público a pesar que éste esperaba ansioso la llegada de la atracción principal.
Un breve intermedio aumentaría la espera, hasta que por fin se apagaron las luces del lugar y aparecieron en el escenario Casablancas, Nick Valensi, Albert Hammond Jr., Nikolai Fraiture y Fabrizio Moretti?s.
La ovación no se hizo esperar y la música tampoco, sin duda la popularidad de la banda ha ido en ascenso. Hace dos años solamente la misma banda hizo su primer visita a México y reunió a dos mil personas en el Salón 21.
Ahora, asombrados, veían 13 mil personas que se movían al ritmo de It?s not Your Problem, 12:51, Modern Age, Hard to Explain y What Ever Happened?
Los cumplidos no paraban por parte de Casablancas, quien canción tras canción enviaba un mensaje al público. Poco a poco se fueron escuchando algunas de las canciones de sus dos discos Is This it y Fire Room.
La gente eufórica arrojaba toda clase de objetos, hasta una chamarra, que Casablancas tomó y luego arrojó de nuevo al público para anunciar a Reptilia. Make some Fucking Noise, I Love You fue la petición del cantante a los miles ahí reunidos.
Los Strokes continuaron con Under Control, Soma, Clampdown y Trying Your Luck, antes de que la gente reconociera el tema más esperado de la noche Last Nite.
You guys are fucking great fue la despedida de los Strokes antes de despedirse como siempre con Take it or Leave it, canción con la que suelen cerrar sus conciertos. Sin contemplaciones, Casablancas dijo que esa era la última canción y al término las luces del recinto se encendieron. No hubo oportunidad de pedir otra canción, la gente atónita y con la energía de la música comenzó a entender que la banda no regresaría y que era hora de marcharse.
