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PARÍS, FRANCIA.- Al conquistar el Masters de Hamburgo, el suizo Roger Federer mostró que aspira a algo más que unos cuartos de final en el Abierto de Francia, donde él y la belga Justine Henin-Hardenne serán a partir de mañana lunes los rivales a vencer.
Federer, el actual número uno en el ranking mundial de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), llegará a París con la meta de coronarse por primera vez en Roland Garros y de obtener un tercer cetro de Grand Slam.
El año pasado se adjudicó los Campeonatos de Wimbledon (césped) y a principios de 2004 el Abierto de Australia (cancha dura) y para llegar al tope de su nivel al Abierto de Francia participó en los Masters de Roma, donde perdió en segunda ronda, y de Hamburgo.
En este último se coronó de nueva cuenta, como en 2002. De hecho, se acomoda en la arcilla alemana, pues ganó un torneo sobre esta superficie el año pasado en Munich, no así sobre la tierra batida de Roland Garros, certamen en el que ha participado cinco veces, en las cuales ha sufrido tres derrotas en primera ronda.
En 2000 llegó a la cuarta rueda y en 2001 a cuartos de final y en ambas veces su verdugo fue el español Alex Corretja. Ahora, Federer volverá a París como la máxima figura del tenis masculino en la actualidad y, por lo menos, se espera verlo en la final.
El año anterior, el suizo, un mes antes de ganar Wimbledon, cayó en la primera ronda de Roland Garros con el peruano Luis Horna, por lo que regresará con sed de revancha, que aunada al gran momento por el que atraviesa lo hará un rival doblemente difícil.
Ya lo dijo el español Carlos Moyá, Federer está a un nivel superior al resto y el helvético lo hizo patente en Hamburgo, donde en cuartos de final venció al propio mallorquín y en la final al argentino Guillermo Coria, dos de los mejores arcillistas del mundo.
A Federer se le exigirá al máximo en cada juego, sobre todo porque el sorteo no le fue nada benévolo. En su parte de la llave están nada menos que el brasileño Gustavo Kuerten, tricampeón de Roland Garros, el ruso Marat Safin y el campeón defensor, el español Juan Carlos Ferrero.
El nativo de Basilea comparecerá en el 103 Abierto de Francia con 32 triunfos y tres derrotas en la presente temporada. A su nivel sólo se presentarán el estadounidense Andy Roddick, segundo sembrado, pero sin nada que presumir en la arcilla europea, Coria y Moyá.
Guillermo Coria sueña con emular a su compatriota Guillermo Vilas, quien levantó el título aquí en 1977 y Moyá en reverdecer laureles, pues fue campeón de Roland Garros en 1998 y ambos tienen sólidos argumentos para pensarlo.
Salvo una actuación inspirada de otros jugadores, Roddick, Coria y Moyá lucen como los más fuertes candidatos a detener a Federer, pues hay duda sobre el estado físico de Juan Carlos Ferrero y de un semirretirado estadounidense Andre Agassi.
En la rama femenina también existen reservas sobre la condición de la número uno y campeona defensora, la belga Justine Henin-Hardenne, con marca de 25-2 en el año, pero que por una enfermedad viral ha estado inactiva durante mayo.
Hay un nutrido grupo a la caza de la belga y sobre todo por la ausencia de su compatriota Kim Clijsters, que encabezan las estadounidenses Venus y Serena Williams, Jennifer Capriati, Lindsay Davenport y la francesa Amelie Mauresmo.
Serena Williams ganó Roland Garros en 2002 y Jennifer Capriati lo hizo un año antes; Venus Williams fue subcampeona en 2002; Amelie Mauresmo llegó a cuartos de final en 2003 y Lindsay Davenport fue semifinalista en 1998, por lo que saben a la perfección cómo ganar en este torneo y desplazar del trono a Henin-Hardenne.
Una de las figuras a seguir será además la legendaria tenista estadounidense Martina Navratilova, de 47 años de edad. Navratilova coleccionó 18 títulos de singles en Grand Slams, pero no juega en esta modalidad dentro de alguno de los cuatro grandes desde 1994.
Navratilova tiene en su haber 167 títulos de singles, 173 de dobles y nueve de dobles mixtos y durante siete años terminó como la número uno del mundo, es decir, ya no tiene nada que demostrar, salvo que mantiene un gran amor por este deporte.