Exigía salir del hospital, pero ante la negativa se enojó tanto que los médicos lo tuvieron que sedar.
07 de mayo de 2004
Buenos Aires (SUN-AEE).- Luego de una discusión con su ex esposa, Claudia Villafañe, ante la negativa de dejarlo salir nuevamente de la clínica, Diego Maradona tuvo una crisis de abstinencia por lo que los médicos debieron sedarlo una vez más.
Mientras, los médicos buscan una clínica en las afueras de Buenos Aires, para continuar con su tratamiento de adicción a las drogas, su médico personal, Alfredo Cahe y Villafañe luchan junto a los doctores de la Clínica Suizo.
Argentina, donde está internado desde el miércoles, para "tratar de calmarlo", según uno de sus amigos de todas las últimas horas de Maradona, a la prensa.
El parte médico de la clínica, indicó que "el paciente continúa estable, presentando una evolución favorable respecto de la situación clínica que motivara su internación" y agregó que "los estudios de laboratorio e imágenes realizados evidencian mejoría de su condición respiratoria y cardiológica".
"En las próximas horas se definirá con su médico de cabecera (Cahe) y su familia, la continuidad del tratamiento", indicó el informe, al aludir al posible traslado de Maradona a un centro especializado para tratar su adicción a las drogas.
Pero la crisis de abstinencia de Maradona se suscitó en la noche, cuando al despertarse comenzó a gritar "me quiero ir, sáquenme de aquí" y de inmediato forcejeó con los médicos, que debieron volver a aplicarle fármacos para calmarlo.
Su segunda internación en los últimos 21 días fue motivada por los excesos en las comidas en los que habría incurrido durante los seis días que permaneció en la finca de General Rodríguez, a 50 kilómetros al oeste de esta capital.
Allí jugó al golf, amenazó en varias oportunidades con irse de la finca, recibió todo tipo de visitas y no paró de comer "comidas no aptas para un enfermo cardiaco", como es Maradona.