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MÉXICO, DF.- Con la participación de más de cinco mil representantes de pueblos purépechas del estado de Michoacán, hoy se cumple un año más de celebrar la Ceremonia del Fuego Nuevo (año nuevo purépecha), fiesta que busca preservar la riqueza y el testimonio cultural de estas comunidades.
Esta ceremonia es poco conocida por el turismo nacional, ya que es considerada de las más íntimas del estado. Cada año cambia de sede, por lo que Páztcuaro con toda la infraestructura de servicios y belleza, es un excelente destino para vivirla.
Hace 21 años un grupo de purépechas se reunieron para dialogar y buscar entre ellos las raíces y el verdadero significado de esta fiesta y, a través de la convocatoria de otros pueblos, el Fuego Nuevo tomó un nuevo rumbo, pues las etnias aportaron nuevas revelaciones y datos que se creían perdidos.
Por ejemplo, se reafirmaron tradiciones como danzas, vestimenta, lenguaje, juegos, música, escritura y pintura. Todo utilizando el recurso del labio-oído en consulta a los abuelos y hombres y mujeres más sabios de cada región.
Como resultado de los encuentros en otros pueblos que fueron sedes anteriores, hoy en día la celebración del Fuego Nuevo o Año Nuevo purépecha no se limita a reproducir el rito antiguo rescatado de la tradición oral desde hace 21 años, sino que se complementa con una gran gama de actividades que en conjunto ofrece una completa visión sobre la identidad purépecha.
En ese sentido, los ?petámutis? o ?cargueros? y las comunidades de las cuatro regiones purépechas que habitan en el estado, previeron un programa de actividades que inician por la mañana de este día y concluirán alrededor de las dos de la mañana del segundo día.
Según el investigador José Merced Velásquez Pañeda, los purépechas dividieron el año en 18 meses de 20 días y cinco días adicionales que utilizaban para meditar, ayunar y llevar ofrendas a los dioses.
A diferencia del calendario gregoriano que hoy se utiliza en todo el mundo, los pueblos precolombinos celebraban el año nuevo en la madrugada de la fecha que hoy conocemos como dos de febrero, cuando la constelación de Orión se encuentra en cenit, cosa que ocurre justo en la madrugada.
