EFE
PEKÍN, CHINA.- China y Brasil han forjado una relación estratégica ?privilegiada? que contribuye al desarrollo armónico de ambas economías emergentes, afirmó hoy en Pekín el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim.
?Brasil ve a China como un socio y una oportunidad, no como una amenaza, por lo que quiere participar activamente en su crecimiento económico?, dijo Amorim durante una conferencia de prensa celebrada en la Embajada brasileña en la capital china.
El ministro explicó que su estancia en China ha allanado el camino para la histórica visita del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a finales de mayo y que coincidirá con el 30 aniversario de las relaciones entre ambos países.
En opinión de Amorim, que concluye una visita oficial de cuatro días, ?China es una prioridad para el actual Gobierno brasileño. El incremento del comercio bilateral es destacable, pero el potencial es inmenso?.
Los intercambios comerciales superaron el pasado año los ocho mil millones de dólares, ocho veces más que en 1993, mientras en los primeros dos meses de 2004 se incrementaron un 73 por ciento en relación con el mismo período del año anterior.
Un buen ejemplo de la fortaleza de esa relación, añadió, ?es la buena marcha de las negociaciones comerciales entre China y el Mercosur?, que integran Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, emprendidas en octubre pasado y cuyo objetivo es establecer un acuerdo de libre comercio.
Durante su visita, el ministro ha intentado solventar las recientes interrupciones de las exportaciones brasileñas de soja con destino a China, país donde este cereal, junto con el arroz, es el principal producto de consumo.
Los agricultores brasileños, que producen el 25 por ciento de la soja mundial, se han topado recientemente con las exigencias chinas de documentos de garantía que certifiquen que el grano exportado no ha sido genéticamente modificado.
Según las estadísticas oficiales, Brasil exportó el pasado año a China soja por valor de mil 300 millones de dólares, cifra que representa un 30 por ciento de las exportaciones totales al país asiático.
Por de pronto, las autoridades chinas tienen previsto crear una empresa mixta en Brasil con el objetivo de comprar y alquilar tierras para el cultivo intensivo de la soja, cereal cuya cosecha se ha duplicado desde 1997.
Amorim, que recordó que ?Brasil es el mayor exportador de carne del mundo?, también ha arrancado el compromiso de China de enviar una delegación fitosanitaria al país sudamericano con el objetivo de derribar las actuales barreras a las exportaciones cárnicas.
China se ha convertido en los últimos años en el tercer destino de las exportaciones brasileñas -soja, judías, zinc y hierro-, sólo detrás de Estados Unidos y Argentina, con un aumento del 80 por ciento en el 2003 ( cuatro mil 290 millones de dólares).
La próxima visita de Lula a China tiene por objeto sellar varios acuerdos de promoción de la exportación, con especial hincapié en el fomento de la inversión en infraestructuras, siderurgia y metalurgia.
Tras el ímpetu inicial, Brasil está teniendo problemas para afrontar la ingente demanda china, debido a la limitada capacidad del sistema nacional de ferrocarriles y autopistas, la infraestructura portuaria y la marina mercante.
Al parecer, China está dispuesta a invertir grandes cantidades de dinero en la construcción de ferrocarriles y carreteras en Brasil, con el objetivo de paliar los acuciantes problemas en el suministro alimentario (caída de cinco por ciento de la producción de grano en 2003).
Otros sectores donde las colaboración es prometedora, según Amorim, son el software y la energía, con posibles acuerdos para la explotación conjunta de yacimientos de petróleo y uranio.
