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TLC con Corea/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Los tratados de libre comercio no generan crecimiento. Proporcionan oportunidades”.

Hwang Doo-yun

SEÚL, Corea.- Hace algunos meses nuestro secretario de economía, Fernando Canales Clariond, declaró que México estaba estableciendo una moratoria a la negociación y firma de nuevos acuerdos de libre comercio. Nunca se dio una explicación clara de por qué se tomaba esta medida. Simplemente se dijo que había que consolidar primero los tratados ya existentes.

La verdad es que esta posición es una tontería que no hace sino darle alas a quienes han sostenido falsamente que los tratados de libre comercio han sido negativos para nuestro país. Estos acuerdos han permitido que el sector externo sea una de las pocas partes de la economía mexicana que ha estado funcionando de manera adecuada en la última década. Sin el impulso del comercio internacional, México habría tardado una década en salir de la crisis de 1995.

La decisión de no firmar nuevos tratados de libre comercio parece dirigida particularmente contra Corea del Sur. El tratado con Japón, de hecho, está a punto de quedar listo, por lo que el siguiente paso importante era un acuerdo con el país protagonista del milagro del río Han.

Algunos políticos mexicanos señalan el desequilibrio comercial entre Sudcorea y México como razón de por qué se debe evitar la firma de un tratado de libre comercio entre los dos países. Según cifras sudcoreanas, efectivamente, el año pasado Corea del Sur le vendió a México 2,445 millones de dólares en productos mientras que México sólo exportó a Corea 334 millones de dólares. Pero precisamente por eso, para revertir ese desequilibrio, necesitamos un buen tratado comercial que abra las puertas de Corea del Sur para nuestros productos y que permita un mayor desarrollo del comercio mutuo.

Es importante entender, sin embargo, que la razón fundamental del fuerte desequilibrio comercial entre Corea del Sur y México es que alrededor de 150 empresas sudcoreanas establecidas en nuestro país importan una gran cantidad de materias primas y productos intermedios para sus plantas. Estas fábricas dan empleo a unos 35 mil mexicanos, por lo que su simple operación deja ya beneficios importantes en nuestro país. Pero, además, una parte importante de la producción de estas empresas sudcoreanas se reexporta a los Estados Unidos, por lo que una porción del superávit comercial de México con la Unión Americana se deriva de ese déficit comercial con Corea del Sur.

Los empresarios sudcoreanos han hecho grandes esfuerzos por realizar inversiones en nuestro país y por vendernos sus productos. Los representantes de empresas como Samsung y LG recorren México constantemente buscando compradores. Nosotros, en cambio, difícilmente nos acordamos del mercado sudcoreano. Cuando nuestras empresas hacen esfuerzos de venta al exterior se enfocan al mercado estadounidense o a veces al europeo. Asia no está siquiera en su pantalla de radar. En cambio, otros países de Latinoamérica sí han hecho esfuerzos por vender en Corea. “Corea del Sur tiene un déficit en su comercio con Chile”, me dice Kim Won-ho, jefe del departamento de América del Instituto Coreano de Política Económica. “Pero los chilenos promueven sus productos en Corea”.

Nuestras propias reglas proteccionistas suelen dificultar la exportación a Corea del Sur. En los años ochenta México tenía un superávit comercial con Corea producto de la venta de petróleo, pero las empresas petroleras sudcoreanas buscaban realizar coinversiones para asegurar su aprovisionamiento de crudo en el largo plazo. En México se rechazó cualquier coinversión en materia de petróleo, por lo que las firmas sudocreanas lograron estos acuerdos en Indonesia y otros países. Esto les ha permitido asegurar su abastecimiento de crudo en el largo plazo. Si México hubiera tenido una economía más abierta en materia de petróleo, no habríamos perdido ese mercado.

Este no es el momento de cerrar las puertas a nuevos tratados comerciales. Más bien es el momento de buscar nuevas oportunidades. El Gobierno de Corea del Sur, me dice el ministro de comercio Hwang Doo-yun, ha sugerido que cuando menos se establezca un grupo de estudio que considere los beneficios mutuos que podría traer un tratado de libre comercio. “Yo entiendo las preocupaciones por el déficit comercial -me dice—. Pero vamos siquiera a darnos la oportunidad de estudiar el potencial que tendría un mayor comercio entre los dos países”.

Ortiz Franco

El semanario Zeta de Tijuana ha sido una de las publicaciones más golpeadas por ataques violentos a lo largo de los últimos años. Por eso es importante alzar una voz de protesta en contra del asesinato de su editor Francisco Ortiz Franco ocurrido este pasado 22 de junio. El caso no debe olvidarse.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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