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Todo por la obesidad

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SUN-AEE

MÉXICO, DF.- En México, enfermedades como la diabetes, el infarto al miocardio, la hipertensión y algunos tipos de cáncer como el de mama, ovarios, útero y vesícula biliar están íntimamente relacionados con problemas de sobrepeso y obesidad.

Estas enfermedades ocupan los primeros lugares en las causas de muerte registradas en adultos en edad productiva y posproductiva.

Según la Encuesta Urbana de Alimentación de la Zona Metropolitana de la ciudad de México 2002, 66.2 por ciento de alrededor de mil 300 mujeres evaluadas padecen sobrepeso u obesidad. Los hombres con alguno de estos problemas alcanzan 52.1 por ciento de un total de mil 500 evaluados.

Lo más alarmante es que de la población de niños en edad escolar evaluados, 34.4 por ciento tiene ya problemas de sobrepeso u obesidad, de lo que se puede inferir que en un futuro habrá mayor riesgo de una población de adultos obesos y por tanto posiblemente enfermos.

Enfermedad crónica

La obesidad es una enfermedad crónica de causas múltiples donde intervienen factores sociales, conductuales, sicológicos, metabólicos, celulares y moleculares. Es el exceso de grasa en relación con el peso.

El tratamiento de la obesidad debe ser individualizado y atendido por un equipo multidisciplinario que incluya un médico, un psicólogo y un nutriólogo. Debe tener por objetivo el cambio de hábitos de alimentación y la integración de actividad física al estilo de vida de cada persona.

Un régimen que prometa una disminución rápida de peso, donde se proporcionen dietas no individualizadas y se eliminen alimentos sin fundamento, no tiene el éxito asegurado, pues no hay alimentos ni dietas mágicas que promuevan una reducción segura de peso.

La clave del éxito para combatir la obesidad es el cambio de hábitos de alimentación y vida, pero sobre todo la decisión y constancia de la persona.

Para obtener más información comuníquese al Centro de Orientación Alimentaria (COA), coa@coa-nutricion.com. Tel. 5536-0712.

LA CLAVE DEL ÉXITO

Estudios recientes y la norma oficial para el manejo de la obesidad en nuestro país coinciden en que el tratamiento debe ser integral y debe incluir la modificación de hábitos de alimentación. Algunos consejos para lograrlo son:

-Hacer al menos tres comidas al día, y si es posible dos colaciones pequeñas entre cada comida principal, esto ayudará a no comer más energía de la que se requiere.

-Consumir al menos ocho vasos de agua natural durante todo el día y no de una sola vez.

-Incluir en cada comida frutas y verduras, cereales como maíz, arroz, avena o trigo y los alimentos que de ellos provienen, combinarlos con leguminosas como frijoles, lentejas, habas, alubias, soya y comer pocos alimentos de origen animal.

-Limitar el consumo de golosinas a máximo una por día.

-Disminuir el consumo de alimentos fritos, capeados o empanizados.

-Hacer en el plato principal, guarniciones más grandes de verduras y menos carne.

-Hacer de la fruta fresca el postre preferido, considerando que no está prohibido comer ocasionalmente postres con mayor contenido de grasa y azúcar.

-Disfrutar del sabor de la comida con suficiente tiempo.

-Comer sentado y pedir medias raciones.

-Implementación de un programa de actividad física.

-En caso de no realizar actividad física, comenzar con diez ó 15 minutos de ejercicio como trotar, caminar, bicicleta, nadar o subir y bajar escaleras diariamente.

-Incrementar cinco minutos de actividad física cada semana hasta llegar a 30 minutos al día.

-Intentar hacer ejercicio acompañado para favorecer la motivación.

-Después de dos horas sentado, levantarse y caminar o moverse al menos por cinco minutos.

-Utilizar escaleras en lugar de elevador.

-Bailar. Hacer del ejercicio un estilo de vida.

DEPÓSITO NATURAL

Todos los individuos nacen y crecen con un depósito de grasa que representa parte del peso. Se acepta que en un individuo con un peso adecuado el porcentaje medio de grasa corporal es de 20 por ciento, mientras que lo máximo esperado es de 35 por ciento.

-Todas las personas acumulan grasa de forma diferente y dependiendo de la predisposición genética ésta tendrá preferencia por determinados lugares del cuerpo, de tal forma que se han identificado dos tipos de composición orgánica

-Obesidad androide, central o de manzana. Es más común, pero no exclusiva de los varones y de las mujeres en edad posproductiva -después de la menopausia-. En este tipo de distribución se acumula la mayor cantidad de grasa en el abdomen, lo que eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Ginecoide, fémoro-glútea o de pera. Aparece más en las mujeres, pero no es exclusiva de ellas. Se caracteriza porque la grasa se acumula en la cadera y los muslos.

Ambos tipos de distribución representan un riesgo mayor mientras más grande es el depósito de grasa corporal.

Factores de riesgo

La siguiente es una lista de factores de riesgo más comunes en el desarrollo de sobrepeso u obesidad. Si se identifican algunos de estos es muy probable que se tenga un riesgo mayor o que ya se padezca sobrepeso u obesidad:

1. Circunferencia de la cintura mayor de 90 centímetros.

2. Si en el trabajo se está más de cuatro horas sentado o si se ven más de cuatro horas de televisión al día.

3. Si no se tiene actividad física recreativa o formativa al menos 30 minutos al día.

4. Consumo de comida con gran cantidad de grasa más de tres veces por semana.

5. Consumo menor de ocho vasos de agua natural al día y si ésta se sustituye fácilmente por refrescos.

6. Consumo menor de cinco raciones de vegetales y frutas todos los días.

7. Consumo mayor de una golosina al día.

8. Si no se hacen al menos tres comidas en un día.

9. Si intenta bajar de peso y cada vez tiene menos resultados.

10. Consumo excesivo de alcohol.

FUENTE: SUN-AEE

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