Rodríguez, elegido para un mandato de cinco años con posibilidad de reelección, es el primer centroamericano que dirige la OEA.
23 de septiembre 2004.
Washington, (EFE).- La ceremonia de toma de posesión del ex presidente de Costa Rica Miguel Ángel Rodríguez como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) comenzó hoy en Washington en medio de estrictas medidas de seguridad.
A la ceremonia asisten 12 gobernantes latinoamericanos y caribeños, y una amplia representación de cancilleres de todo el continente.
La sede de la OEA, a pocas cuadras de la Casa Blanca, amaneció hoy engalanada con las banderas de sus 34 países miembros y acordonada por efectivos policiales y del Servicio Secreto de EU para garantizar la seguridad de los mandatarios y otras personalidades.
Rodríguez, elegido para un mandato de cinco años con posibilidad de reelección, es el primer centroamericano que dirige la OEA, por lo que está arropado por todos los mandatarios de los países de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica).
A la ceremonia acuden los presidentes del Perú, Alejandro Toledo; Uruguay, Jorge Battle; el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos; el vicepresidente y canciller de Panamá, Samuel Lewis, y los primeros ministros de Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía y Suriname.
El resto de naciones estarán representadas por sus ministros de Relaciones Exteriores.
En representación de Estados Unidos asistirá el secretario de Justicia, John Ashcroft.
Propone un continente unido
El nuevo secretario general de la OEA, Miguel Ángel Rodríguez, abogó hoy por conseguir "un continente unido en pro de un crecimiento compartido" que permita a América liberarse de la pobreza, la desigualdad y la exclusión.
En su discurso de toma de posesión, pronunciado hoy ante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Rodríguez destacó que este continente debe aspirar a transformar "la globalidad en un igualador político, económico y social" que no deje atrás zonas, regiones o países.
"Seguiremos actuando para que las luces de la libertad y la democracia alumbren en todo el continente", añadió Rodríguez ante un auditorio en el que se encontraban doce jefes de Estado y una amplia representación de los cancilleres de los gobiernos de América.
El ex presidente de Costa Rica, en un discurso salpicado de fragmentos en inglés, francés y portugués, insistió en que hoy "el desafío primordial de los pueblos de las Américas es liberarnos de los grilletes de la pobreza, la inequidad y la exclusión".
Rodríguez afirmó que "la forma de organización política de la libertad es la democracia" y dijo que, aunque "es siempre frágil, no se basa en la fuerza de los poderosos, sino en la legitimidad que es fruto del respeto a las reglas del juego y en la oportunidad del cambio pacífico".
A su juicio, "nuestro reto es lograr el equilibrio necesario para que la OEA garantice este derecho sin menoscabo a la libre determinación de los pueblos y a la no intervención".
"La soberanía nacional que compartimos con orgullo tiene estos pilares que exigen la existencia de democracias plenas en el mundo de hoy", dijo Rodríguez.
"La historia nos demuestra que la libertad es el mejor instrumento para construir y progresar", prosiguió Rodríguez antes de referirse a Haití donde, dijo, "se refleja el dolor de la pobreza con toda su descarnada dureza".
La OEA "debe ser la conciencia que nos recuerde a todos el esfuerzo de gran magnitud y prolongada naturaleza requerido por Haití". Y a continuación, Rodríguez afirmó que "un continente americano solidario con Haití avanzará hacia un crecimiento en solidaridad".
El nuevo secretario general se refirió también a los derechos humanos que, según él, son "la expresión última de nuestra libertad y dignidad" y, por ello, "además de ser reconocidos y declarados, deben ser protegidos con efectividad".
Igualmente, calificó de "indispensable el respeto al estado de derecho en el nivel nacional y el fortalecimiento de esa garantía trascendente que es el sistema interamericano de derechos humanos".
Se refirió también a lo que llamó "una visión multidimensional de la seguridad" y señaló que "una visión de las Américas como tierra libre del terrorismo, de la violencia, del crimen, de epidemias y de los efectos prevenibles de las catástrofes naturales es un sueño que nos une en este siglo XXI".
Rodríguez destacó además la importancia de que la OEA, "que sirve a la causa de la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo integral y compartido", tenga una "visión clara", una administración eficiente por objetivos, rinda cuentas y trabaje con espíritu de equipo.
Aseguró ser consciente de que "la carga es pesada y el reto enorme" pero dijo que, con la ayuda de Dios y "juntos podremos, con nuestros valores comunes y esfuerzos incesantes, hacer frente al reto".
Terminó haciendo votos por que América pase "del desencanto a la relevancia de la democracia, de la frustración a la esperanza del desarrollo humano, del realismo mágico al pragmatismo idealista en la políticas y programas concretos. De perseguir la libertad a construir con ella la felicidad, el progreso y la solidaridad".
