EL SIGLO DE TORREÓN
CIUDAD LERDO, DGO.- “El frío se siente más en los jacales que están todos agujerados, por eso cuando amanece salimos al solecito a calentarnos”, dice doña María Ramírez Palacios.
Desde hace dos años esta mujer, su esposo don Rosendo Herrera Chávez y su hijo Guadalupe, construyeron un jacal a un costado del canal Sacramento, a unos metros de las compuertas San Fernando, este asentamiento irregular es conocido como Atenco.
Antes de construir su humilde vivienda, doña María vivía en la colonia Victoria que se encuentra justo enfrente de su nuevo hogar, pero tuvieron que cambiarse porque uno de sus hijos vendría de Ciudad Juárez para ocupar el cuarto de cartón.
Doña María asegura que la necesidad hizo que las familias fueran construyendo sus jacales en este asentamiento irregular, “si tuviéramos dinero usted cree que íbamos a vivir así, tenemos muchas necesidades y cuando pedimos apoyo nadie nos ayuda”.
Esta mujer y su esposo trabajaban barriendo banquetas en el primer cuadro de la ciudad, don Rosendo sufrió un accidente y ya no pudieron seguir con su labor, consiguieron un poco de dinero y pusieron una tiendita.
En su negocio venden refrescos y algunos dulces, con el paso del tiempo instalaron dos juegos de video que se encuentran muy deteriorados pero que de cualquier forma atraen a los niños que se las ingenian para conseguir algo de dinero y poder jugar al “Mario-Bros”.
Las bajas temperaturas provocan que los miembros de esta familia sufran constantemente alguna enfermedad, pero si no tienen dinero para comprar medicinas mejor se resignan y se atienden con algún remedio casero, doña María asegura que en el Ayuntamiento nunca la apoyan.
“Cuando vamos a pedir algo nos dicen que después, que no hay dinero, el Alcalde dice que sí pero que más delante porque le van a mandar dinero de Durango, les pedimos medicinas y dicen que no pueden porque no tienen crédito en la farmacia”, dice la entrevistada.
Esta mujer comentó que la medicina que necesita es para su hijo Guadalupe, quien requiere un medicamento que cuesta 320 pesos y debe comprarlo cada mes, “está enfermo de los nervios, agarró la droga muy chico y está malo, ahorita ya no agarra nada pero ya está enfermo”.
Doña María no sabe quién es el dueño del predio donde construyó su jacal, tampoco sabe si tendrá que comprar este terreno, “nosotros nos metimos nada más así, vimos que la gente se estaba metiendo y nosotros necesitábamos casa, si nos van a vender que sea barato porque no tenemos dinero, quisiéramos construir un cuarto pero no hay con qué”.
Carencias
Como todo asentamiento irregular, en Atenco hay muchas necesidades que son evidentes, a continuación se enlistan algunas carencias que se observaron en este sector:
Todos los jacales obtienen la energía eléctrica gracias a los “diablitos”, las personas se “colgaron” de la colonia Victoria.
Hay varias tomas de agua, pero son compartidas para varias familias.
No hay red de drenaje.
Los jacales están construidos con cartón, madera, lámina y hules.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón