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MÉXICO, DF.- Luego de 17 años desde que vino a Toronto para asistir al Festival Internacional de Cine, con Gaby, una historia verdadera, el director mexicano Luis Mandoki estuvo de vuelta para vivir uno de los momentos más emotivos de la jornada fílmica. Al término de la proyección de Voces inocentes, el público que asistió al Ryerson Theatre todavía con lágrimas en los ojos se levantó de su asiento para dar una ovación generalizada, que continuó cuando subió al escenario Mandoki junto con el guionista Oscar Torres. Fueron las experiencias de Torres en Cuscatazingo, El Salvador, lo que inspiró la cinta. A los 11 años de edad fue testigo del conflicto bélico entre el ejército y la guerrilla a principios de los años 80. Producida por Altavista Films junto con Lawrence Bender, encargado de la producción de la películas de Quentin Tarantino, la cinta fue proyectada por primera vez ante un público numeroso, y cuando vino la sesión de preguntas y respuestas, un hombre de origen salvadoreño, acompañado por sus hijas, sin poder contener la emoción, confesaba que lo que había presenciado también era su historia.
Voces inocentes hace referencia a los niños en El Salvador que desde pequeños vivieron la guerra y una vez que cumplían los 12 años eran reclutados por el ejército para ir a pelear contra los guerrilleros, aunque hubo casos como el de Oscar, en que pudieron escapar a costa de separarse de su familia. Cuenta con las actuaciones de Leonor Varela, José María Yazpik, Ofelia Medina, Daniel Giménez Cacho y el niño Carlos Padilla en el papel de Chava.
Al día siguiente, todavía conmovido por la reacción, Luis Mandoki , compartió sus impresiones.
"No esperaba que la gente recibiera una película así, con tanto sentimiento y con tanta pasión." Y agrega: "estamos en un momento en el mundo donde llega esta película que, aunque toma lugar en El Salvador en los 80, realmente se vuelve muy contemporánea por lo que está pasando". Una de las cosas que más lo conmovió fue que el clamor de la gente rebasó la experiencia cinematográfica, ya que la película les hizo sentir la necesidad de querer hacer algo, pues no faltó quien ofreció su ayuda para lograr que fuera vista en todo el mundo.
Luego de Gaby, una historia verdadera, Mandoki fue llamado a Hollywood para varias producciones, cuenta su experiencia al volver a trabajar en México:
"Fue reencontrarme a mí mismo como cineasta. En Hollywood aprendes mucho y creces en muchas formas pero en otras no, porque finalmente estas haciendo películas de encargo "Voces inocentes" fue muy personal, fue la película más difícil que he hecho en todo sentido. Como es una historia real, la esencia de lo que fue se vuelve al hacerla, es difícil trabajar con niños y las emociones son muy fuertes al filmar escenas donde los niños se meten debajo de la cama en un balacera, cuando dices `¡corte!', la gente está con lágrimas en los ojos, porque lo que están viendo es algo que sucedió". Así como para Oscar abrió su corazón y su memoria, para lograr esta historia Mandoki confiesa que involucró el corazón.
