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Torreón de nuestros amores y el “Teatro Nazas”/Las laguneras opinan...

Ana Isabel Cobo Celada

Bello día el de hoy para nuestra comunidad. ¡El Cine Nazas abre de nuevo sus puertas! Acicalado, precioso, grandioso, presumido, con vestido de lujo entre sus vecinos y con más de cincuenta años encima, abre de nuevo transformado en el Teatro de la Ciudad o del Pueblo: “El Teatro Nazas”.

Tal transformación provoca que en muchos, al mirarlo, la memoria del alma dé un vuelco junto a la del intelecto… el resultado del vuelco es complejo… nostalgia por el ayer, alegría por el presente; en ambos casos, reflexión sobre nuestra ciudad y sobre nosotros mismos. ¿A dónde vamos? ¿Cuáles son nuestros anhelos comunitarios?

Torreón, crece y crece, se expande y se desparrama hacia donde su geografía se lo permite. Nuestro Centro Histórico en cambio, aprisionado por el Cerro de la Cruz, la cadena de las Noas y el lecho del Río Nazas, mira inmutable cómo cada vez nos alejamos más de él. Sin embargo, en días como el de hoy, nos llama y nos recuerda que forma parte de nosotros por ser raíz de nuestra comunidad y pide atención, misma que gracias al esfuerzo, el trabajo y la generosidad de muchos, ya se está gestando.

Ver el hoy “Teatro Nazas” en la Cepeda, ya no a media calle sino haciendo esquina con la Matamoros, nos sorprende. Justo en ese ángulo, aparecen verticalmente las mismas letras de su logo de siempre, letras que forman la palabra y con ella su nombre, que evoca el río madre que hizo posible que hoy estemos aquí. Igual en ese ángulo, una amplia plazoleta bajo un magno techo metálico proyectado hacia el cosmos, cuyo terminado evoca pequeñas dunas de arena del desierto, como este suelo en el que vivimos que una vez fue suelo de mar, nos recibe y nos señala la entrada al foyer, no sin antes de llegar a éste, pasar por el vestíbulo de la taquilla de mármol claro.

Adentro, el amplio foyer nos acoge con sus ocho columnas cónicas, las mismas que muchos conocimos en nuestra niñez y juventud, impregnadas de recuerdos y secretos y que nos congratulamos de que las hayan conservado. Pequeñas ventanas, que dan hacia la plazoleta y hacia la Matamoros, dan una sensación de apertura muy agradable al igual que su piso estridente por su sencillez, color y dibujo que lo traza. Los dos murales de siempre, ahora con el fondo negro, muy negro, con sus nueve mujeres, tres varones y un pequeño, acompañan a dos pacas y a capullos de la flor del algodón, el gran protagonista del ayer de la región. En su lado sur, sobre una pared revestida de madera obscura, dos placas de cristal, mudas, manifiestan con iconografía y con la palabra escrita el agradecimiento a los que hicieron posible este milagro. En una de ellas, entre los bellos escudos de Coahuila y de Torreón, tres palabras, tres sencillas palabras que nos hablan de los tres grandes protagonistas del hoy de la región: Lala, Soriana y Peñoles; las tres grandes empresas que trascienden nuestra comunidad, nuestro país y sus fronteras, como resultado y testimonio del esfuerzo y del trabajo gestado con mentes y manos Laguneras. Empresas que en este proyecto se unieron, al igual que benefactores particulares, para darnos a Torreón y a nuestro espíritu, un medio más, para que el humanismo que proporciona el arte en todas sus manifestaciones, se adueñe de nosotros y nos permita tener una mejor calidad de vida.

La gran sala… ¡monumental!.. Sus paredes onduladas revestidas en parte de madera suave y tersa. Sus mil cuatrocientas butacas de color rojo sobre alfombra obscura, nos esperan y enfrentan al gran escenario, que tiene la profundidad, los elementos y las exigencias de los mejores del mundo y nos prometen momentos inolvidables. Tras bambalinas, un laberinto de pisos y de espacios, todos magníficos, que tendrán la función, como los órganos del cuerpo humano, de que ese espacio mágico funcione.

Cuánta belleza, cuánto esfuerzo en este proyecto hoy realidad concreta.

Sea este espacio y estas letras, (como dijo Octavio Paz), como gotas de lluvia de un tupido agüacero, para que repetida y simultáneamente, cada una de ellas dé las gracias a nombre de toda la comunidad, a todos aquellos que hicieron posible este sueño.

Sea igualmente una reflexión de lo que podemos lograr los Laguneros, cuando hay unión y proyectos.

Sea igual un foro para manifestar nuestra inconformidad, de que el “Teatro Nazas”, a partir de hoy patrimonio y orgullo de todos los Laguneros, sea dirigido por una persona ajena a nuestra comunidad. Apreciamos mucho a los de Saltillo nuestra bella capital, pero tenemos en Torreón personas altamente capacitadas para dirigir y cuidar el “Teatro Nazas” y fomentar el arte entre nosotros.

¡Mil gracias de nuevo a todos los que participaron de una u otra forma en el proyecto!

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