La modernidad ha acabado con las tradiciones aseguran.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Para el pensionado, José Ángel Andrade, quien toda su vida ha vivido en esta ciudad, ?en Torreón ya nada es lo mismo?. Manifiesta que los avances tecnológicos y la modernidad han acabo con las tradiciones laguneras. Él desconocía que el 15 de septiembre de 1907, se elevó a Torreón a la categoría de ciudad cuando fungía como presidente municipal el señor Rafael Aldape Quiroz, bajo la jefatura política del señor Juan Castillón.
Manifiesta que aunque vive en el centro y visita mucho el edificio conocido como el Torreón viejo, donde está la historia de la ciudad, siempre se le olvida que en 1850 Leonardo Zuloaga había ordenado que en la margen derecha del río se construyera el que sería el primer torreón -torre de vigilancia- a cargo de su administrador, Pedro Santa Cruz, al cual se le agregó una cuadra y más tarde una casa.
Después se agruparon algunos pequeños locales y a cierta distancia hacia el oriente se empezaron a abrir unas labores con los nombres del El Tajito y El Pajonal. Al conjunto de fincas, jacales y labores, se les fue identificando poco a poco bajo el nombre de Rancho del Torreón.
José Ángel piensa que Torreón con casi 100 años de existencia, es un municipio en que aún se respira tranquilidad, ?pero antes era todo más bonito, ahora hay muchos vicios...?, insiste.
Gran avance
Raúl Francisco Martínez Limones, quien a sus 19 años estudia la carrera de Ingeniería en Mecatrónica en el Tecnológico de La Laguna, piensa que el crecimiento de Torreón es muy importante. No sabía que hoy se celebra un año más de su fundación como ciudad, pero conoce algo de la historia de la llegada del ferrocarril y del trazo de unas cuadras de la ciudad por el ingeniero, Federico Wulff.
Menciona que el 24 de agosto de 1883, Andrés Eppen, debido al auge de la agricultura en la región, se interesó por el advenimiento del ferrocarril. Celebró un contrato que sometió a la consideración de Luisa Ibarra viuda de Leonardo Zuloaga y que ésta aceptó. Ella cedió los terrenos necesarios para derecho de vía y el establecimiento de una estación en tierras pertenecientes al Rancho del Torreón.
Fue así que el 23 de septiembre de 1883 tuvo lugar el gran acontecimiento: la llegada del Ferrocarril Central al Rancho del Torreón y con ella los trenes primeros que solamente traían su material de construcción en vía.
Raúl Francisco añade que le gusta mucho esta ciudad. ?Todavía se puede andar por las calles con cierta tranquilidad, además sus avenidas están muy bien trazadas, es un municipio que cada día crece en comercio y oportunidades?.
Él hace referencia al ingeniero, Federico Wulff, a quien se le encomendó el diseño de unas cuadras de tierra junto al lugar donde iban a cruzar los ferrocarriles Central e Internacional. Con el trazo de la ciudad la venta de lotes de terreno tuvo lugar, y el primero de marzo de 1888 llegó a Torreón el primer tren del Ferrocarril Internacional, de esta manera la congregación fue elevada a la inmediata categoría de Villa el 24 de febrero de 1893.
Nuevas oportunidades
Esperanza Valerio no sabía que hoy es el 97 Aniversario de Torreón como ciudad, pero para ella lo importante es que cada día crece en oportunidades. Ella reconoce que ignoraba que el crecimiento industrial y comercial al inicio del Siglo XX logró que la categoría política de Torreón fuera elevada al rango de Ciudad.
?Antes había muchas fábricas, mucho comercio. Por el ferrocarril mucha gente llegó de otras partes del país y de otros países, por eso lo de las etnias, ¿verdad?...?, comenta para explicar que en la actualidad a Torreón sigue llegando el progreso.
?La fiebre del oro blanco?
El titular de la Dirección Municipal de Cultura, Alberto González Domene, recuerda que el auge del algodón en Torreón fue el principal detonante para que ?de golpe y porrazo?, llegaran personas de todas partes a establecerse en esta ciudad.
Las carretas ya habían sido sustituidas por el ferrocarril, ?entonces la noticia de que quienes en esta entidad sembraban ese cultivo se estaban haciendo ricos, corrió por todo el mundo?.
Así la ?fiebre del oro blanco? que era el algodón fue como un imán que jaló a muchos hombres visionarios. Llegaron de todas partes, fundamentalmente de España. Pero también vinieron norteamericanos, chinos, holandeses, franceses, alemanes y árabes.
?No podemos enlistarlos porque omitiríamos a algunos. Toda esa mezcla de razas creó la forma de ser de la gente de la Comarca Lagunera que por un lado es abierta al sol, al vendaval, a la planicie; seres humanos francos y transparentes?.
La gente que llegó de muchas partes de la nación y el extranjero creó una idiosincrasia especial, por la mezcla de las razas. La hospitalidad es una de las características de los laguneros. ?Porque venía mucha gente sin dinero y aquí lo hacía, pero lo perdía de un año a otro porque tenían que invertir en el cultivo del algodón, por eso no había ni categorías y ni rangos sociales, todo era un mismo nivel y eso permitió que la gente abriera los brazos a todo el que llegaba?.
Comenta que dentro de tres años se celebrará el primer centenario de Torreón y manifiesta que tratarán de rescatar el valor de los abuelos. La esencia de sus conocimientos y experiencia en aquellos años aún está viva, no como en otras ciudades.
?En Monterrey, que ya tiene 400 años de fundada, no se respira el espíritu de sus fundadores porque ya se ha perdido, aquí todavía está vivo y latente y esperamos que resurja en los festejos de aniversario de los 100 años de Torreón?.