Gracias a una terapia genética, científicos estadounidenses lograron transformar a monos perezosos en adictos al trabajo.
Como muchos de sus parientes humanos, usualmente los monos sólo trabajan duro cuando saben que van a obtener algo a cambio.
Sin embargo -para preocupación de los homínidos mencionados en el párrafo anterior- los simios que recibieron un tratamiento genético en Estados Unidos dieron lo mejor de sí en todo momento.
Los monos que son utilizados en laboratorios generalmente aprenden a manipular palancas para recibir agua o comida, pero sólo se concentran en el objetivo cuando sienten que se acerca el momento de la gratificación.
Pero ahora, investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental, en Estados Unidos, desarrollaron un tratamiento genético que cambió la ética de trabajo de algunos perezosos monos de una manera sorprendente (o preocupante, según se le mire).
Los monos bajo la influencia del tratamiento no dejaron las cosas para más tarde
El tratamiento
El tratamiento consiste en bloquear la dopamina, un importante químico cerebral.
Sin embargo, después de diez semanas, los efectos del tratamiento desaparecieron y los monos volvían a ser los mismos seres desmotivados de antes.
El doctor Richmond cree que un tratamiento basado en este concepto podría beneficiar algún día a personas que sufren de condiciones clínicas como depresión, en la que la motivación ha desaparecido casi por completo.
Sin embargo, aún está por verse si muchos de nosotros queremos ver este tratamiento en manos de nuestros jefes.
Para ese momento, tal vez sea mejor ya estar jubilado.