Agencias
MÉXICO, DF.- Los patrones de consumo de los mexicanos se han modificado en los últimos años por la mayor participación de la mujer en la actividad económica, la planificación familiar y la creciente diversidad de productos en el mercado, de acuerdo con la consultora AC Nielsen.
Por la dinámica laboral, las mujeres que trabajan buscan reducir el tiempo de preparación de alimentos, facilitar su consumo y que sean saludables, explicó Óscar Velázquez, director comercial de AC Nielsen, en el seminario Cambios en el Mercado Mexicano 2004, de esa consultoría.
?Se distingue un cambio de hábitos de compra de algunos alimentos entre mujeres que trabajan y las que no, por ejemplo, los productos ?cero grasa? y de ?alta fibra? se consumen en 87 por ciento de los hogares en los que la mujer está incorporada al mercado de trabajo?, comentó Oscar Velázquez.
Dichos factores y una mayor penetración de la tecnología en los hogares abre oportunidades para el desarrollo de los productos de conveniencia.
De acuerdo con cifras de AC Nielsen, en 1998 el 23.1 por ciento de los hogares mexicanos contaba con horno de microondas, mientras que en el 2003 la proporción fue de 43 por ciento.
?La mujer seguirá ingresando al mercado laboral y demandando productos que le ayuden a jugar su nuevo rol. (En general ) el consumidor seguirá buscando economía en productos? comentó Velázquez.
En 32 por ciento de los hogares en los que la mujer trabaja, se compran perfumes femeninos, mientras en las familias donde la mujer no trabaja sólo 25 por ciento compran fragancias para ella. En el caso de cremas faciales hay un comportamiento similar.
Por otra parte, cifras presentadas en el seminario revelan que las marcas líderes han perdido terreno frente a las marcas baratas.
En 2002 las marcas reconocidas se quedaron con 30 por ciento del mercado, pero en 2003 su participación fue de 28.8 por ciento, mientras las marcas económicas registraron avances, sobre todo en productos de uso doméstico y alimentos.
Sin embargo, los autoservicios siguen desplazando al comercio tradicional con base en precios y el fenómeno ya es perceptible en ciudades que antes no eran atractivas para las cadenas comerciales, donde ahora esos comercios registran altas tasas de crecimiento en ventas.
En 2003, en Monterrey, Guadalajara, la zona metropolitana de la ciudad de México, Puebla y Tijuana, donde los autoservicios concentran la mayor parte de sus ventas, crecieron 8.2 por ciento en promedio.