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Tras el telón

GUADALUPE SOSA

El rol del director teatral

Si bien es cierto en La Laguna carecemos de una verdadera formación teatral desde la partida de Alejandro Santiax y Rogelio Luévano, difícilmente ha habido directores con el mismo rigor y conocimiento artístico que se requiere para llevar a escena teatro de calidad, salvo excepción de Jorge Méndez, quien a lo largo de su carrera ha hecho montajes memorables como Misterio Bufo, Los Frutos de la Tierra, Pareja Abierta, Los Cuervos Están de Luto, entre otras. O el caso repentino de Juan Carlos Martínez, quien llegó con ganas de hacer las cosas bien, mostrando como carta fuerte la obra Calígula y algunos trabajos con grupos universitarios de buena aceptación, pero sin continuidad; el caso de Gerardo Moscoso que desde su llegada sigue activo, con su grupo La Acequia que después sería La Gaviota, con el cual ha presentado buenos montajes como Poeta de Barro y Viento, con la cual participó recientemente en la Muestra Nacional de Teatro, además de algunos otros aciertos con otros grupos; y los casos de Alejandro Alvarado, quien gracias a su contacto con Gerardo Moscoso empezó a inclinarse por la búsqueda del discurso estético en textos clásicos como Medea -y al parecer sigue su aprendizaje-, además de Jesús Rosas, alumno de Méndez, quien ha montado trabajos de interés en foros populares, pero ¿y el resto?

¿Tendrá algo que ver la preparación práctica y académica que los tres directores tienen? Sin duda que sí, quizás sea difícil para el director que inicia su carrera teatral competir con la experiencia de Moscoso y Martínez, quienes se formaron en escuelas del Distrito Federal, el primero en el Foro de Margules y el segundo en el CUT de la UNAM, además de haber trabajado bajo la dirección de grandes directores, y tenido como compañeros a los mejores actores del país, o un Méndez que ha compartido el aula con los mejores teóricos del teatro nacional; pero esto no basta, lo que ha caracterizado los buenos trabajos de ellos es, sin duda, la creatividad y las ganas de hacer bien las cosas sustentadas en el conocimiento, la investigación, y la búsqueda constante de elementos que transmitan su sentir. Las ganas no bastan, si no hay metodologías de trabajo, objetivos claros y conocimientos teóricos apoyados en la experiencia continua del escenario. Para ser directores, hay que ser buenas personas, comprometidas con su realidad, críticas de su entorno y autocríticos de su proceder, el lado corrupto y narcisista del hombre no debe dominar la mente de un director, los directores corruptos, llenos de marañas y artimañas, que desean sin esfuerzo vivir del teatro sin comprometerse con su medio, son fácilmente detectables al presenciar sus obras; recuerden, uno proyecta lo que trae dentro, o ¿a quién pensaban engañar? Basta con ver sus montajes, improvisados, mal planeados, mal musicalizados, carentes de propuesta artística, que además suelen partir de una mala selección de libretos, o en su defecto realizan una pésima interpretación de ellos. Muchos directores noveles creen que basta con ser líderes, o buenos vendedores de funciones, llegando a convertir la dirección en meros trazos (movimientos de actores en el escenario). Se conforman con saber el nombre del autor de la obra para atreverse a llevarla al escenario. Para dirigir hay que ser expertos del entorno cultural, político, económico y social, no sólo en el que se desenvuelve la historia, sino del nuestro, debemos poseer una cultura general apreciable, para solucionar cualquier duda del actor, y saber guiarlo, por el camino que nos propusimos mostrar, esto lo debemos sostener con fundamentos en el análisis de mesa. Debemos ser excelentes comunicadores, claros y directos, sin tratar de apantallar al actor con palabras domingueras que lo único que hacen es confundirlos, vayan a la esencia, olvídense del lucimiento utilizado para fortalecer su ego, ya no justifiquen sus malos trabajos culpando la novatez actoral, un director puede protegerla con una buena dirección, ubicando, buscando y proponiendo alternativas, que tal vez no hagan del novato un buen actor, pero sí harán más digno y entendible su montaje.

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