Octubre Terminó Hace Mucho Tiempo
Durante el mes de octubre se presentó la obra Octubre Terminó Hace Mucho Tiempo de Pilar Campesinos, en el foro teatral del café Tumbao.
La obra es actuada por Laura Castro y Omar Godínez, bajo la dirección de Jorge Alcorcha, quien en esta ocasión se dio la licencia de realizar una adaptación del libreto original, mas que adaptación, fue una recortada de diálogos sin ton ni son, perdiendo el lineamiento estructural que toda obra teatral debe poseer, lo cual provocó un gran desconcierto al ser presenciada, por momentos parecía que era parte de una propuesta teatral del director, ya que nos presentó una variedad de escenas sin hilo conductor que parecían hechas a propósito, pero al final, desilusionadamente nos dimos cuenta que se trató de una pésima adaptación.
Es bastante común en actores y directores laguneros pretender adaptar libretos, en los cuales siempre se cae en el terrible error de omitir escenas claves para el desarrollo psicológico, situacional y emocional de los personajes y de la historia misma, con el afán de apegarse a una determinada duración, que nada tiene que ver con el tiempo escénico; en escena pueden pasar horas, años segundos, cuando se sabe trabajar con los actores. Hay que tener mas cuidado con las adaptaciones, para adaptar se requiere una técnica literaria debidamente bien dominada, al adaptar preocúpense por el discurso vertebral, el subtexto y las imágenes que el texto suscita y que ustedes como creadores pretenden comunicar, así llegarán más fácil al tono, y éste les dará el ritmo y la duración requerida para comunicar la historia, si esto no les es claro, caerán eternamente en la omisión de textos como salida fácil, lo cual es terriblemente confuso para el espectador.
Además, en esta ocasión, los noveles actores no respetaron las pautas necesarias para generar intensidad escénica, confundiendo los estados de ánimo de los personajes, con el mero regodeo o lucimiento de palabras de ?onda? juvenil, un trabajo que sin duda recae en la labor de dirección, ya que el joven Godínez, muestra trazos de buen actor, que pudieron haber sido bien aprovechados, y Laura Castro ostenta constantemente del variado uso de vocablos juvenil de ?onda?, como si ello fuese lo importante del texto, olvidando el trasfondo, y eso es un error constante en los actores iniciados, que todo director sensato debe evitar.
Si se trabajara a fondo en el discurso, saldría sobrando tanto elemento decorativo que sobre ilustra el escenario, otro recurso bastante recurrido, Margules solía decir,que el escenario no debe ser el basurero de las ocurrencias del director, debe ser el espacio en el cual confluyan los elementos simbólicos necesarios que ayuden al desarrollo contextual, ambiental y situacional de la obra. Cuidado.
Como público espectador, y como actores y directores en formación es preciso presenciar todo lo que teatralmente se haga en nuestra región, para aprender lo que se debe y no hacer, comparando opiniones, de ahí la riqueza valorativa que nos enseña el teatro y sus ejecutantes día con día, en esta ocasión agradeciendo el arduo esfuerzo y el compromiso que sin duda se ve en el director, y actores de la obra, que se presenta en el café cultural.
