El vestuario teatral
En Torreón la mayoría de los teatristas en sus puestas en escena han restado importancia al vestuario, olvidando que tiene una gran importancia al igual que el actor o el libreto. Ven al vestuario como una cosa secundaria, como un ornamento y no es así, ¡el vestuario no es un elemento más! ?El vestuario por sí solo te dice una historia, tiene una trama y te la puede contar?, no es un accidente sobre el escenario, cada elemento adquiere un significado por el simple hecho de estar en escena, desempeñando un papel importante al convertir personajes cotidianos o históricos en figuras escénicas, (incluso sin el diálogo), y panoramas usuales en paisajes teatrales, con una historia y vida propia.
A veces al ir al teatro solemos comentar, ?la obra estuvo buena, pero el vestuario estuvo equis?, porque no nos decía nada, es diferente a otro vestuario en el que sí se tiene una conceptualización, que cuenta una historia, que es parte de la obra, que nos dice algo.
Para ejemplo, citaré la obra teatral Medea, que se presenta en el foro Tumbao, en la cual aparecen grandes discordancias en cuanto al concepto que se logra leer, perdiendo proporción con la propuesta simbólica que maneja en su escenografía, por un lado vemos una Medea con un vestuario de novia, roído, en color púrpura, apegado atinadamente al simbolismo escénico, pero su ayo (sirviente) usa un atuendo que asemeja a un cavernícola, con dos prendas una en color café y otra en gris, amarradas con un listón guinda de cortinero, ¿improvisado?, pareciese que sí, por estar fuera del concepto mágico, minimalista que se generaliza. De igual manera el vestuario del Rey Creón, por su color nos remite más a la imagen de un rey mago, que a la de rey griego, por otro lado, el color negro del vestido de la nodriza, la hace caer en un estereotipo de mujer sufrida, fatalista, misteriosa. No olvidemos que al igual que el Ayo representa la conciencia moral, la razón, que sucumbe ante el deseo de venganza de la protagonista, móvil del lenguaje trágico de la obra, este diseño de vestuario quizás no estorba, pero no ayuda a contar la historia, confunde. Una muestra de buen diseño de vestuario, se demostró en los personajes principales de Esperando a Godot, Estragón y Vladimir, desde su presentación podemos ver una historia detrás de cada personaje, sus andrajos sucios, sus zapatos desgastados y rotos, en los cuales se podía hasta percibir el mal olor de sus pies, y el pesado peregrinar de sus vidas sin que dijeran texto alguno, ¿por qué?, porque está sustentado en una investigación de por medio, un diseño minuciosamente detallado con base a la vida de este tipo de personas, dotándonos de una atmósfera teatral con la sola presencia de los personajes, y al agregarle el lenguaje teatral ese vestuario nos dice mucho.
Muchos teatristas medio aprenden sobre la marcha, restando importancia a la capacitación sobre el vestuario teatral. Quizás no sea del interés de algunos directores, y recurran a asesoría, pero ¿de quién?, ¿del buena onda del grupo que se apuntó porque tiene buen gusto para vestir? En un curso se aprende de historia, modas, estilos, además no sólo tienen que diseñar, sino también decidir cuáles son los materiales que se van a utilizar de acuerdo con su diseño y si son los adecuados para el teatro, porque el teatro es otro lenguaje y otra vida, y el director por cultura general debe estar al tanto de ello, aprovechen los contados cursos que se ofrecen en la región, principalmente el que imparte el maestro Vicente Padilla, un buen conocedor de la materia.
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