21 de mayo 2004.
México, (Notimex).- El mexicano Julio César Chávez se despedirá este sábado de la afición boxística contra el estadunidense Frankie Randall, en pelea estelar a 10 rounds en peso welter de la función titulada "Gracias México...La Ultima Revancha", en la Plaza de Toros México.
"JC" sostendrá la última pelea de su longeva trayectoria que sumó 112, con tres campeonatos mundiales en diferente divisón (superpluma, ligero y superligero) y lo hará contra su primer verdugo, el "Cirujano" Randall, quien lo derrotó en 1994 para arrebatarle el fajín superligero del CMB, en Las Vegas, Nevada.
Posteriormente Chávez se cobró esa derrota para superar a Randall y recuperar el título superligero del CMB por decisión técnica en siete rounds. Será este sábado en que sostendrán la tercera y definitiva contienda, buscando inclinar la balanza cada uno en su favor.
Julio César Chávez, de 41 años de edad y record de 105-5-2, 90 nocauts, con la motivación de despedirse en plan triunfador, se concentró en Zinacantepec, Estado de México, para llegar en su mejor forma física y anímica a fin de cumplir su último compromiso profesional de una carrera de 24 años.
Frankie Randall (59-14-1, 42 kot) a sus 43 años de edad aceptó el desafío contra JC con el objetivo de demostrar que fue mejor que el legendario peleador sonorense, y demostrar en esta tercera pelea que regresará a Estados Unidos con la victoria con el estilo que dificultó al tricampeón mundial.
Visita hospital
A Beatriz Lucía Vázquez, la mágica presencia de Julio César Chávez al pie de su cama, la número 15 del área de hemodiálisis del hospital "Darío Fernández", le ha reforzado sus esperanzas de sobrevivir.
En medio de tubos que la conectan a un riñón artificial durante dos horas diarias, tres veces a la semana para un lavado de sangre, la visita del boxeador le ha transmitido "más ganas de vivir y de seguir adelante; personajes como él nos dan más fortaleza cada día...".
Cuerpo enjuto, mirada alegre, ganas de estar allá afuera jugando y de "conocer Cancún", Betty recibe los juguetes y los ánimos de Julio César, quien además de sonrisas y autógrafos, hoy ha dejado un aliento de esperanza en muchas vidas pequeñitas.
Beatriz lleva 15 operaciones en 16 años de vida. Su cuerpo no asimiló un riñón que le dio su madre, con el cual sólo pudo estar un año con cuatro meses.
"Ahorita ya no quiero otro trasplante de riñón porque he sufrido mucho. Prefiero quedarme así para acostumbrarme a vivir como estoy y ayudarle a mi mamá. Tener una vida lo más normal que pueda...", dice.
El ex campeón ha colaborado con el ISSSTE en una campaña de concientización sobre la donación de órganos. Y exclama, dispuesto a dar un riñón: "Yo por mi parte dono el mío. De veras. Está golpeado, pero está sano...".
En una cama del hospital "Adolfo López Mateos", que también visita, Emmanuel Granados Henestrosa, de 14 años, padece una enfermedad degenerativa celular que le impide la coagulación de la sangre. Y con un rosario al cuello le pide al ex campeón: Si puedes, dona tus órganos cuando ya no los necesites...
Claro que sí mi hijo... Cuando ya no los necesite voy a donarlos, todos menos una parte porque todavía la uso...
Y con risas y un juguete Julio busca alegrarles el momento.
El boxeador causa revuelo entre médicos, enfermeras, pacientes y familiares. Saluda a ancianos postrados, a menores aislados entre pabellones, estrecha cuerpos hendidos por cables y catéteres, mientras se respira fuerte el olor a medicamentos y a enfermedad.