Que siempre sí salieron los miembros del ayuntamiento de Gómez Palacio respecto al autootorgamiento del ya conocido “bono de marcha”. ¿Y qué es un bono de marcha? Ah, pues una costumbre de los integrantes de los cabildos y de los congresos de los estados y el federal de decretar por de “faul” compensaciones especiales a la salida de lo que les dura “el hueso”.
En esta ocasión a los regidores y síndicos de Gómez Palacio les tocó el turno de demostrar que son iguales a la inmensa mayoría de los políticos falsos de este país: no están para servir, están para cobrar. Cuando de repartirse lana se trata, créame que no hay muchas diferencias partidarias, ni los del PRI, PAN o PRD hicieron diferencia, todos parejitos. Adiós vocaciones.
Hay que aclarar que la Alcaldesa se abstuvo de votar y que su sueldo, tal como lo hizo su padre el trienio anterior, lo donó para obras de beneficencia. Aun así no la exime de que al igual que en los tiempos de Poncio Pilatos, se lavó las manos. Vaya, aunque en el papel las decisiones de un ayuntamiento las toma el cabildo, ¿se puede creer que en la tierra donde “mi palabra es la Ley”, no se puede revertir la decisión? Por supuesto que no, si su voto fuera en contra, aunque hubiese sido el único, su posición habría quedado claramente definida.
También debe ser complicado desde la posición económica personal de la Presidenta impedir que sus acompañantes en la institución rectora de su comuna puedan gozar de ese pequeño abusillo que la Ley les permite, pero la moral no, sobre todo cuando el que paga es el pueblo mexicano, pobre en su mayoría.
Además llegaron al remate, hoy –ayer- no fueron a trabajar. Total, ¿qué se los impide? La realidad es que para un gran porcentaje de las personas el acceder a un puesto público y máxime cuando es de elección popular, se convierte en una especie de beca a la cual el destino les ha permitido acceder.
En Lerdo, los regidores de esta ciudad están listos para copiar las ideas de sus vecinos, pero ellos por lo menos se defienden diciendo que el “bonito” se lo presupuestaron desde el inicio, no como los gomezpalatinos que se la pasaron negándolo y al final salieron que debido a su gran desempeño sí se hicieron acreedores.
Hay que aclarar que los miembros del cabildo no son propiamente empleados; son funcionarios públicos con mandato democrático, al igual que los diputados, senadores, alcaldes, gobernadores y presidente de la República, por lo que el argumento de que por ser empleados del estado no tienen derecho a sus prerrogativas como trabajadores es ilegal, deja un área amplia para la discusión, que podría ser planteada con una pregunta en sentido contrario: ¿que un concepto primario de un trabajador no es el tiempo de que dure su jornada bajo la subordinación de un jefe que le dispone órdenes? Pues en el caso de los puestos antes citados al ser electos, la respuesta es no, pero cuando conviene cada quién adopta el criterio más provechoso del momento.
En fin, luego y porqué al ciudadano le molesta el pago de impuestos, para que a los que la vida los ha llevado a tener en su poder la administración del dinero de todos, simplemente se lo embolsen con postulados dentro del derecho, pero fuera de probidad.
Sin enojarnos, la Tercería que la paguen los empresarios
El atribulado secretario de Urbanismo y Obras Públicas, el torreonense Jorge Viesca Martínez, declaró a la reportera de este diario en Saltillo, que si los empresarios quieren una Tercería que la paguen ellos.
La verdad es que con esta nueva postura, ¿para qué hizo todo un espectáculo con los organismos empresariales de la Región Lagunera de Coahuila si desde Saltillo desecha la idea de la Tercería? De confirmarse este nuevo aserto de Viesca, menudo ridículo hicieron los representantes de diversas cámaras en un foro que aparentemente en términos prácticos no serviría para corregir las supuestas fallas.
El Gobernador de Coahuila sensiblemente molesto al ser cuestionado sobre el DVR ayer en la capital, replica que si no saben los periodistas de El Siglo de Torreón preguntarle sobre otro tema. Sin embargo, luego de la declaración de su subalterno de que su Gobierno no va a pagar la Tercería ¿para qué se enoja?
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