No hay tiempo que no se llegue, ni plazo que no se cumpla, reza un refrán y en Coahuila a los administradores de la lana se les queman las habas, ahora sólo hay dos opciones ¡paga el ciudadano o paga!, cualquier parecido a la mafia es mera coincidencia.
La tenencia, ese absurdo impuesto del que viven como reycitos nuestros funcionarios, es una acción de la que nadie escapa. ¡Bueno casi nadie!, sólo los autos chuecos (según cálculos cerca de 400 mil) ésos son respetados por los federales de caminos, por tránsito municipal, por la policía estatal y por los celosos guardianes de la policía fiscal e inclusive por la propia SHCP. Aquí alguien está equivocado o son los ciudadanos que siempre pagan la cena de los gordos políticos y malos funcionarios, o un pobre Gobierno corrupto, que considera ciudadanos de primera y segunda categoría, según el vehículo.
La tenencia es del año 2004 en curso y éste comprende desde el primero de enero hasta el día último de diciembre ¿o no?
Sin embargo, como están las cosas y el apuro de la administraciones por tener dinero fresco y exprimir más al escuálido bolsillo de los causantes cautivos ahora hasta se les amenaza con hacerles llegar recargos si no se paga a tiempo el plazo era para el 31 de marzo del presente año (y según dicen los enterados hasta se podrá detener y multar a los que circulen con placas antiguas). Bonita cosa es esto de los dineros y impuestos, ya nos podemos imaginar nosotros, el pueblo cobrándoles recargos a nuestros funcionarios y políticos por la falta de servicios o por la cochinada y corrupción que se avientan en algunas de estas multicitadas obras.
El sentido humano del que tanto se ufana el gobernador de Coahuila Enrique Martínez y Martínez quedó sepultado con estas acciones, sobre todo en los recargos para quien no pague en determinado plazo.
Sólo falta que en estos días veamos lo que llevó a cabo el temible “Diablo” De Las Fuentes cuando fue gobernador, que inmovilizó cientos de coches porque debían el plaqueo y la tenencia, todo un terror fiscal que impone la sinrazón y el mal trato de quien les mantiene todos sus caprichitos.
Pero no todo está perdido y la benevolencia del Gobierno hacia los ciudadanos (para que vean que en Coahuila el sentido humano sí funciona) se les conmina por último a pagar en plazos donde cada mes aumenta un recargo. Bueno, pues como están las cosas y si por lo pronto alguno de mis cuatro lectores no tiene lana para cumplir con sus “deberes” fiscales, aquí se le dan unas cuantas formas de muletear y torear por unos meses el pago de la tenencia (aclarando que de esa nadie se salva):
1.- Busque por ahí una de tantas asociaciones que son inmunes a todas los tránsitos y policías y en pos de defender el patrimonio familiar y verán que le harán lo que el aire a Juárez (sólo la raya del pelo) con una simple calcomanía, los partidos políticos también se prestan a esta forma.
2.- Use placas piratas de algún Taxi y ni quién lo moleste.
3.- Circule con un permiso municipal indefinido, cualquier tránsito o policía se lo consigue, le costará unos 50 pesillos y hasta sin licencia de manejar tendrá derecho a circular. (Se recomienda sacarle copias para repartirlas entre familiares y amigos).
4.- Todavía en México está vigente la charola, así que con una señal de que trabaja en el Gobierno municipal o estatal nadie lo molesta. A las anteriores opciones usted le puede agregar las que guste, total haber quién gana, el Gobierno con su sentido humano y lleno de corruptelas o los ciudadanos que la verdad sea dicha, somos la gran mayoría.
Pero la pregunta sigue en pie ¿cuántas clases de mexicanos hay pues, los que se les obliga a pagar sus impuestos o los que con una simple calcomanía se pasan los decretos del Gobierno por el arco del triunfo?
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