EL SIGLO DE TORREÓN
Es fácil percibir la tranquilidad que se vive en él, su ambiente armónico y familiar y el cariño sincero que todos se expresan entre sí en el hogar de Casa Sonrisa.
Al entrar se experimentan distintas emociones, como diversas son las historias de los 38 niños y jóvenes que actualmente se encuentran habitando los tres hogares que dirige don Pedro Rivas Figueroa (“abuelo” de los niños).
Gracias a la idea original y el impulso que su amigo Maurice Kemper aportó y quien, desde el Estado de Texas, sigue velando por los infantes.
Casa Sonrisa le brinda a niñas y niños alimentación, vestido, calzado, educación, servicio médico y orientación espiritual.
Atendidos por una pareja de esposos que funge como papá y mamá, con el propósito de formar personas autosuficientes y útiles a la sociedad. Haciendo posible dicha labor a través de los donativos que los ciudadanos les hacen llegar.
Por esa razón, se solicita la colaboración de los laguneros para reunir víveres y medicamentos, así como tiempo de convivencia para dedicarles a los niños de Casa Sonrisa. Quienes deseen hacerlo pueden acudir a calle José María del Bosque, número 150 norte, en Torreón, Coahuila.
¿Quién puede ingresar?
Las características que debe tener un niño o niña para ser aceptado en cualquiera de los tres hogares de Casa Sonria, es que haya sido abandonado por sus padres o bien sea huérfano.
Debe ser menor de siete años, sin embargo si sobrepasa esta edad y tiene hermanos menores, podrá ser aceptado para evitar su separación.
Cabe mencionar, que estos pequeños son puestos en custodia permanente por parte de la Procuraduría de Defensa del Menor y el DIF de la zona conurbana.