En Atenas, Grecia, están por iniciarse los Juegos Olímpicos, y es oportuno recordar la forma en que nació esta gran fiesta del deporte mundial, así como las circunstancias que rodearon a cada una de ellas. Así pues nos ocuparemos durante varios días de este tema en este espacio.
En el primer milenio, antes de Cristo, aparecieron las primeras manifestaciones organizadas del deporte. La antigua Grecia estaba conformada por una veintena de ciudades-estado, cada una independiente con sus leyes y sus gobiernos que con frecuencia luchaban entre sí.
Eran tiempos en que lo único que interesaba a los helénicos era formar buenos soldados y mejores ciudadanos, y para el primer objetivo se consideró que el deporte sería de gran ayuda. Otros pensaron también que ese mismo deporte podría ayudar a unir a las urbes.
Aparecieron las cuatro más famosas competiciones griegas: Las Nemeas, por ser del valle del mismo nombre, celebradas cada dos años en honor de Zeus Nemeo. Las Píticas, en honor de Apolo Pitio, cada cuatro años. Las Ístmicas de Corinto, en honor de Poseidón, y las Olímpicas, en honor de Zeus.
De esas cuatro, las más antiguas y famosas eran estas últimas pues en honor de Zeus se celebraban cada cuatro años en la ciudad de Olimpia, en el valle del Río Alfeo, porque se decía que de joven, el mismo Zeus había practicado ahí ejercicios gimnásticos
Después, al conjunto de celebraciones y competiciones se les dio el nombre de Olimpiadas o Juegos Olímpicos. El primer día se hacía el juramento ante Zeus, el segundo se iniciaban las competencias, el tercero había actos religiosos y el cuarto día había carreras y pancracio.