Llama la atención cómo han ido sancionándose, buscando eliminarlas del todo, las celebraciones que los jugadores hacen cuando anotan un gol. Algunas manifestaciones de alegría han buscado la originalidad y las ocurrencias han sido variadas.
Pero los altos directivos del balompié mundial, pecando de estrictos y solemnes, no quieren que tales muestras de alegría sigan proliferando, y han decidido cortarlas de tajo, castigándolas con tarjetas y amenazando con aumentar los castigos.
¿Qué repercusiones tiene esto para el espectáculo? Lo cierto es que dichas muestras de alegría llegaron a formar parte del mismo, aunque también es verdad que algunas de ellas se convirtieron en ofensivas y con falta de respeto al público.
Pero hubo algunas muy festejadas como las de Sebastián González “El Chamagol”, que pretendía rendir homenaje al héroe de su niñez “El Chavo del Ocho”, o las de Cuauhtémoc, en su primera etapa, arrodillándose y mostrando al flechador del sol.
Otros se quitaban la camiseta y abajo aparecía otra con la Virgen de Guadalupe o con mensajes a sus seres queridos, a sus hijos que acababan de nacer, a su país, etc. Todo eso ha pasado a la historia, pero se habla de que en todo el mundo hay una reacción en contra de las sanciones al respecto.
Por lo pronto, todos los jugadores tendrán que acatar las disposiciones, y para ello Arturo Yamazaki se ha convertido en celoso vigilante, ayudado por los del silbato y de la cédula arbitral. El futbol necesita mejorarse y ser un espectáculo completo.