Ante Trinidad y Tobago, un rival difícil en su cancha, era muy importante no sólo sacar la capacidad sino también la casta, y uno de los mejores exponentes de ello lo fue Jared Borgetti, no sólo anotando el segundo gol que enfilaría hacia la victoria sino también comportándose como guerrero.
Y pudieron haber sido más goles, pero las individualidades de algunos, queriendo comerse solos el pastel, impidieron que se aprovecharan balones a modo, cuando la defensiva trinitaria estaba vencida. Sin embargo se ha dado un paso importante rumbo al Mundial de Alemania.
Lástima que Héctor Altamirano tenga tan pocas oportunidad, a pesar de todos los méritos que ha ido acumulando, tanto con Santos como con el Tri. A muchos les parece que haría mejor papel que gente como Salvador Carmona, porque “El Pity” ayuda con sus goles de larga distancia.
No obstante el técnico tendrá sus preferencias y sus detalles y ni quien se los quite. Por lo pronto, el claro triunfo de México servirá para calmar las aguas y que el conjunto tricolor vuelva al trabajo más tranquilo, en espera de los próximos rivales con los que no debe tener confianza.
Y es que hoy día no hay enemigos pequeños, ahí tienen el caso de Panamá que está convertido en la sensación de esta eliminatoria y que ha empatado con el mismo equipo de Estados Unidos, antes considerado casi invencible.