Hoy, Jared Borgetti se ha convertido en el mejor anotador de goles en eliminatorias al Mundial, superando con uno a Carlos Hermosillo, que había anotado 15 tantos camino al de Estados Unidos y al de Francia. Jared anotó seis hacia Corea-Japón y lleva ya diez rumbo a Alemania.
Y su cuenta personal debería ser mayor, pero tardaron en convocarlo. Por ejemplo, en la era de Manuel Lapuente, éste nunca quiso tomar en cuenta al cañonero de Sinaloa, y fue hasta la salida de dicho técnico cuando por fin pudo ser llamado a vestir la casaca nacional.
Llegó joven y lleno de ilusiones a la Comarca Lagunera para enrolarse con el Santos, y poco a poco fue tomando un lugar preponderante vistiendo de verde y blanco. Aquí se consolidó como jugador y él agrega que también como persona.
Como todo jugador ha entrado en rachas de ayuno goleador y siempre ha dicho que cuando hay deseos de salir adelante, esas etapas salen tarde o temprano. En otra ocasión dijo que si anotara todos los disparos o cabezazos que manda a gol, no sería de este mundo.
Su madurez y su forma de ver el futbol lo llevaron a convertirse en el capitán del Santos, un lugar que está destinado a quien posee ciertos atributos, especialmente de liderazgo dentro de la cancha. En la Selección ha tenido que soportar a compañeros que no le pasan la pelota.
Como es normal, aparecen de vez en cuando los personalistas que desean la gloria sólo para ellos, sin pensar en el bien del equipo, y es cuando Jared tiene que buscar la forma de allegarse balones para poder hacer daño a la portería enemiga. Afortunadamente hoy lo acompaña Cuauhtémoc, con quien se entiende bien.