Los buenos maestros, cuántas enseñanzas, consejos y claves para lograr el éxito nos han dado. Nunca olvidaremos al profesor Francisco G. Durón y al maestro Carlos Adelantado, que nos ayudaron a escribir nuestras primeras notas para este periódico.
Pero hubo uno muy especial, al que queremos no sólo decirle muchas gracias, sino también, hacerle una especie de reconocimiento público, no sólo por todo lo que nos enseñó, sino también por lo mucho que aportó a este diario con sus columnas de Casos Deportivos.
Nos referimos a Marcelino López Guzmán, que hace muchos años, cuando llegamos a laborar a El Siglo era el empleado de guardia nocturno, que contestaba teléfonos, recibía anuncios y estaba pendiente de la guardia de las oficinas administrativas.
Era también un destacado deportista, que brillaba a plenitud en el beisbol y luego en el softbol, pero tan metido estaba en el medio deportivo de la comarca que sus columnas eran muy famosas, porque abordaba todos los deportes, claro, con preferencia al beisbol.
?El Charro? le decíamos en esta casa, y con él hicimos muchos reportajes de cómo jugar cada una de las posiciones del diamante, él ilustrándolas con sus poses, Ramón Sotomayor Woessner con las gráficas y este servidor escribiéndolas.
Un poco delicado de salud, Marcelino está ya retirado de toda actividad. Hace poco estuvo muy delicado pero su condición de deportista que nunca ha perdido lo sacó adelante, por lo que le enviamos un abrazo y nuestro eterno agradecimiento, y como él mismo nos diría: ánimo lagunero.